Terremoto diplomático, cabreo del ministro Borrell con el embajador español en París, maniobras de reconducción, presiones a los impulsores y un amplio alboroto mediático. Hasta ahora hemos conocido las consecuencias. Y lo que queda. Poco nos habíamos fijado, sin embargo, en el origen del manifiesto que 41 senadores franceses publicaron el pasado fin de semana. Después de días compilando la información, en El Nacional estamos en disposición de reconstruir los hechos hasta la raíz. Detrás, dos momentos clave: el arranque del juicio al procés y el manifiesto que hace nueve meses firmaron un centenar de alcaldes de la Catalunya Norte.

Fuentes de la Delegación del Govern de la Generalitat en Francia aseguran a este diario que no han tenido nada que ver, que conocieron el manifiesto pocos días antes de que se hiciera público. La iniciativa de los senadores se inspira en otro manifiesto que promovieron un centenar de alcaldes de la Catalunya Norte el verano de 2018.

El escrito se expresaba en unos términos similares, aunque es verdad que iba un punto más allá. No se refería sólo a la represión contra los representantes políticos "encarcelados o forzados al exilio" sino que también mencionaban la violencia ejercida contra la sociedad civil. Por el resto, sin embargo, prácticamente calcados: exigencia de respeto a los derechos y libertades fundamentales en Catalunya y a los líderes políticos legítimamente escogidos.

Los impulsores de aquel manifiesto se encargaron de moverlo por las principales instituciones de París, incluso se lo entregaron a Macron. Y lo llevaron también al Senado. Allí empezó a hacer mella. De puertas adentro, en las conversaciones entre bambalinas. Despertando el interés, primero, y la preocupación y la indignación, después. Uno de los que ha picado más piedra ha sido François Calvet, exalcalde de El Soler, en la Catalunya Norte. Y en este punto hay que destacar otro hecho destacado que ha ayudado a remover su consciencia. La visita que la presidenta Carme Forcadell hizo en el 2017 a su municipio. Habiéndola conocido, Calvet asegura que le escandaliza pensar que "una buena persona" como ella pueda ser entre rejas. Una vez terminó el documento, lo envió a todos sus colegas senadores. En diez días se adhirieron 41 de ellos, el 15%.

Desde la Delegación del Gobierno catalán en París señalan también la importancia que ha tenido el arranque del juicio y el hecho que se retransmita en abierto para volver a sacudir conciencias. "Ha devuelto el tema a la agenda mediática". Y apuntan todavía otra reflexión, que "la sobre reacción de la diplomacia española con este asunto ha ayudado a que tenga más bombo", sobre todo en Francia.