El periodista Federico Jiménez Losantos dio ayer por la tarde su particular versión de la conferencia del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en Madrid, asegurando que "con los golpistas no se dialoga, se les encarcela y después se les juzga". Así lo dijo durante el acto "El fortalecimiento de la conciencia de España", que coincidió, a modo de contraprogramación, con la presencia de Puigdemont en el ayuntamiento de Madrid.

El acto, que ya se había programado anteriormente, contó con la presencia de los también periodistas Isabel San Sebastián, Antonio Fernández Galiano, Carlos Herrera y Bieito Rubido y se convirtió en una proclama de la 'caverna mediática' en contra del proceso soberanista.

Los españoles "se sabían españoles durante la reconquista"

Losantos empezó su intervención con un encendido discurso en defensa del nacionalismo español, asegurando que España, "antes que un hecho nacional y constitucional, es un hecho de civilización romana y cristiana que tiene 2.000 años", para añadir que precisamente por eso, "ahora no vamos vestidos con chilaba", porque "los españoles se sabían españoles durante la Reconquista".

 

Asimismo, criticó al Gobierno español y especialmente a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, por haber invitado a Puigdemont a ir al Congreso de los Diputados, insistiendo en que "con los golpistas no se dialoga, a los golpistas se les encarcela y, después, se les juzga".

¿El Betis es una nación?

En su intervención, Carlos Herrera aseguró que la nación española empieza con la Constitución de Cádiz, pero que hay que preferir el estado a la nación, porque si una nación es, "como dice Pedro Sánchez, un sentimiento, una cultura, pues eso también lo es el Betis". Además, ha recordado que cuando vivía en Catalunya de pequeño, "el separatismo siempre rondó el 20-25%", pero que con el tiempo, "mientras con la mano derecha gobernaba con el 4%, con la izquierda adoctrinaba nuevas huestes, estaba esperando su oportunidad, y ésta llegó".

A su vez, Bieito Rubido se vanaglorió de que el acto demostraba que "los buenos somos más", pero que "históricamente, las minorías chillonas se acaban imponiendo a una mayoría que suele ser cómoda y silenciosa".