La CUP tendrá la última palabra para la aprobación de los presupuestos de Barcelona para el 2016. Al gobierno de Ada Colau le sirve una abstención y dos votos negativos en el plenario del próximo lunes, después de haber conseguido el apoyo de ERC y de tener el del PSC casi cerrado.

La decisión final, como es tradición en la formación anticapitalista, la tomarán hoy las asambleas locales, a las cuales se ha trasladado la respuesta definitiva de Barcelona en Comú a toda la serie de demandas que se habían hecho. Reunidos a las ocho de la tarde, los representantes de los trece núcleos cuperos han puesto en común lo que entienden que tendría que ser el sentido del voto.

De momento, secretismo. Lo más probable, según aseguran fuentes de la CUP a El Nacional, es que se sepa el lunes, aunque no descartan, si así se pone sobre la mesa, hacer una rueda de prensa mañana para dar a conocer la decisión.

Reuniones

Esta semana se han producido varias reuniones de la CUP con los comunes para abordar el ‘no’ rotundo a los presupuestos que los anticapitalistas habían expresado este fin de semana pasado. Los encuentros se han dividido por ejes. La vivienda, la renta universal o la seguridad de la ciudad han sido algunas de ellas. “Ha habido intentos de acercamiento porque estábamos muy alejados”, admiten a este diario.

En caso de que finalmente las locales rechacen dar apoyo a las cuentas del 2016, no descartan conversaciones in extremis con los de Colau para tratar de encontrar la solución, si bien aseguran que es complicado porque se tendría que reconvocar este órgano de representantes locales.

Con todo, también es cierto que la presunta intimidación del concejal cupero Josep Garganté a un médico para cambiar el informe sobre el estado de un mantero ha tensado las negociaciones. La falta de apoyo de la alcaldesa crispó los ánimos de la CUP, que han alegado que el problema radica en la presencia de la Guardia Urbana en la declaración para el informe médico.

Reticencias

Estudios y más estudios. La CUP se queja de que a pesar de compartir el diagnóstico, desde Barcelona en Comú se planteen las medidas bajo estudio previo. Una de ellas es la municipalización de servicios públicos como BTV, así como la disolución de la Unidad de Apoyo Policial de la Guardia Urbana. Teniendo en cuenta que legalmente sería difícil de hacer, reivindican que “encontrarán la mano tendida a desobedecer cualquier marco jurídico que perpetúe el empobrecimiento de la clase trabajadora”.

También entra en esta discusión la renta municipal universal para las mujeres de Barcelona, que desde el Ayuntamiento no se apostaría por aplicarla este año.