Las declaraciones de los policías españoles en el juicio al procés son reiterativas. De vez en cuando, algún agente incorpora nuevos detalles, pero la línea general es siempre la misma. Las declaraciones dan vueltas a lo mismo: los insultos, la gente sentada con los brazos entrelazados y agrediendo a la policía, lanzamiento de objetos y ningún policía golpeando con la porra.

Hoy en la lista de actos violentos que enumeran los policías para poder avalar la rebelión hay pellizcos, lanzamiento de naranjas, escupitajos, golpes de paraguas, señoras con cochecito de bebé sin bebé, abuelos voladores y patadas en los testículos. Seguramente la agresión más dolorosa que han descrito ya hasta cuatro policías. "Era un dolor insoportable", ha dicho uno de ellos.

La nueva incorporación del día han sido los niños. Los "niños-escudo". Si por la mañana eran los abuelos los que estaban en primera fila, en las declaraciones de la tarde han aparecido los niños. "Interponían niños entre nosotros y los que nos agredían", ha dicho uno de los testigos, que también ha relatado que las defensas sólo se utilizaron para contener y empujar a la masa.

Nos lanzaron un tiesto sobre un vehículo desde un balcón

Los policías que han declarado hasta ahora han negado, en muchos de los casos, haber utilizado las defensas, y, en todos ellos, haber golpeado a la cabeza de los manifestantes. Las imágenes, sin embargo, que no se pueden ver todavía en el juicio, contradicen las declaraciones de estos testigos.

Eso es lo que pasó en el CEIP Verd y que los policías españoles han negado:

Aparte de los golpes, las imágenes muestran cómo empieza la carga. Los testigos aseguran que "la masa" iba contra ellos y que la gente se les tiró encima. Pero en los vídeos, que ha recopilado Òmnium Cultural, se ve como justo cuando empiezan a cantar los Segadors, la policía se pone nerviosa y carga.