"Durante las primeras semanas del estado de alarma se produjo un bloqueo informativo en el acceso de profesionales gráficos a los espacios donde la Covid-19 impactaba frontalmente: hospitales, residencias, tanatorios y cementerios, entre otros. Este bloqueo informativo se traduce en un control del relato por parte de las administraciones e instituciones", dice el informe Mèdia.cat del Grupo de Periodistas Ramon Barnils en su apartado de conclusiones. El documento, titulado Una pandemia a ciegas, explica las consecuencias del bloqueo fotoperiodístico durante las primeras semanas de confinamiento por la Covid-19. El informe señala directamente a los responsables políticos: "La Conselleria de Salut depende de ERC (...) sabían que se estaban jugando la presidencia".

El informe recoge el testimonio de dieciséis periodistas y fotoperiodistas, entre ellos Jordi Borràs, Anna Surinyach, Àngel Garcia o Martí Albesa, así como expertos y afectados por la Covid-19, con el objetivo de documentar cómo los profesionales de la imagen desarrollaron su oficio durante el estado de alarma y qué reflexiones extraen. En paralelo, también quiere visibilizar qué opinión tienen sobre el tratamiento fotoperiodístico las personas afectadas por la enfermedad y, finalmente, entender qué implicaciones comporta la falta de documentación gráfica de este hecho histórico. "Lo fotografiado es real, ha pasado: un hecho sospechoso puede quedar confirmado cuando se muestra una fotografía", recuerda Bru Aguiló, autor del informe. Una de las principales conclusiones del análisis es que el control del relato gráfico, mediante el veto de acceso a espacios críticos durante el primer mes y medio de pandemia, implicó una vulneración del derecho a la información y un control casi exclusivo del relato por parte de las administraciones.

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Aparcamiento público del tanatorio de Collserola lleno de ataúdes / Sergi Alcàzar

Vulneración del derecho a la información

El análisis de la situación de diferentes fotoperiodistas denuncia la política opaca de las administraciones que ha provocado no poder documentar gráficamente la pandemia de la Covid-19 en un momento clave. Un hecho que aseguran que "esconder la parte más dura de la pandemia no ayuda a crear conciencia colectiva de lo que ha supuesto el virus" y que atribuyen a la falta de "celeridad" de los gabinetes de prensa y a un "control del relato clarísimo".

"Los grandes hospitales de Catalunya son públicos y dependen del Institut Català de la Salut. Este organismo público depende del Departament de Salut. A la Generalitat, como pasó también en gobiernos de otros países, no le interesaba que se viera el descontrol que había. Por lo tanto, los jefes de los departamentos de comunicación de los hospitales bloqueaban el acceso", dice el informe. El estudio denuncia que "se vulneró un derecho fundamental: el derecho a ser informado". "La diagnosis entre los profesionales de la imagen presenta un acuerdo amplio: el control del relato gráfico, mediante el veto de acceso a espacios críticos durante el primer mes y medio de pandemia, implica una vulneración del derecho a la información", sigue el informe, que concluye diciendo que "el fotoperiodismo chocó frontalmente con lo que se ha estado tolerando durante años: la restricción en el acceso a la información".

Fotoperiodista Jordi Play UCI Clinic - Sergi Alcazar

El fotoperiodista Jordi Play en la UCI del Clínic / Sergi Alcàzar

Los fotoperiodistas denuncian que hasta entrado el mes de abril no se deja entrar a medios dentro de los hospitales con el pretexto "del derecho a la intimidad de pacientes, el 'no es el momento' y el 'molestarás, o la escasez de equipos de protección individual". "Todos los discursos de los jefes de comunicación decían lo mismo: priorizaban el trabajo que estaban haciendo los trabajadores sanitarios y el derecho a la intimidad de los pacientes", dice el informe, que destaca la respuesta de los profesionales de la información que "ponen de relieve una falta de consideración de cara a su profesión", una "falta de confianza hacia su trabajo".

El informe destaca que "el fotoperiodismo desarrolla un papel clave a la hora de crear memoria histórica a través de fotografías de acontecimientos considerados históricos, algunas de las cuales se vuelven icónicas y representativas". "Construye la realidad social presente, así como la realidad social pasada" y denuncia que "la carencia de imágenes dificulta ilustrar y, por lo tanto, entender el contexto en que transcurrieron los primeros meses de pandemia".