“Los lobbistas me hacen entender un problema en diez minutos, mientras que mis colaboradores tardan tres días”, decía el presidente norteamericano John F. Kennedy.

Y es que los lobbies son una posible solución para que los políticos y el personal público administrativo puedan obtener una nueva visión que les permita mejorar las necesidades de un colectivo o de un sector determinado. Y también para cualquier persona que necesite hacer sentir su voz.

En el Estado español y en Catalunya o bien no se sabe qué es un lobby, o bien se tiene un concepto oscuro del término, y esta situación es la que provoca confusión entre la ciudadanía.

Cada vez hay más lobbies que funcionan día a día en las instituciones públicas y que tienen como objetivo hacer abrir los ojos a los políticos, que no tienen por qué tener conocimientos exhaustivos de todos los terrenos en que legislan.

Muchos agradecen la presencia de esta figura en su entorno. Así lo ilustraba el portavoz de Convergència, Jordi Turull, en el libro Lobby, peça clau per a les pimes, en el que exponía que “de la nata sólo puede hablar quien la ha probado” y, eso, a la hora de elaborar una ley “lo debes tener presente porque tienes que conocer todos los efectos y derivadas que puede tener”.

A veces, confesaba Turull, “queriendo beneficiar una cosa, perjudicas otra” y, por lo tanto, los lobbies sirven y “son útiles desde el punto de vista de la interlocución”.

¿Qué es un 'lobby'?

Un lobby es un grupo de interés que tiene como objetivo buscar soluciones que beneficien a su entorno. Hay dos clases de lobbies: los de poder y los de defensa. Los primeros son aquellos que dan al término un significado oscuro, como las grandes compañías farmacéuticas o armamentísticas que tienen poder suficiente para conseguir modificar una ley sólo en beneficio suyo.

El segundo grupo, los lobbies de defensa buscan favorecer los intereses de un sector o colectivo determinado como, por ejemplo, en el terreno de las pequeñas y medianas empresas, los grupos de interés buscan modificar reglamentos que mejoren sus condiciones a la hora de obtener una obra o servicio dentro de la contratación pública.

Ley de la Transparencia

Catalunya ya dio un paso adelante en diciembre del 2014, cuando el Parlament aprobó la ley de la Transparencia, Acceso a la Información Pública y del Buen Gobierno. Esta ley contiene el registro de grupos de interés o lobbies, abierto desde octubre del 2015.

Dicho registro invita a inscribirse las personas y organizaciones que trabajan por cuenta propia e influyen en la toma de decisiones políticas o administrativas porque, de esta manera, la ciudadanía puede saber de primera mano quién y cómo participa de las decisiones legislativas y por qué se ha tomado una decisión concreta.