La decisión del Tribunal Supremo que hoy ha revocado el 100.2 a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell ha abierto la puerta a denegar todos los permisos del resto de presos políticos, incluyendo el tercer grado, y muchas personas han levantado el grito en el cielo por lo que eso supone sobre su libertad.

El cantautor y exdiputado de JxSí, Lluís Llach, ha reaccionado a la noticia renegando del diálogo como vía para conseguir la independencia y la libertad de los presos. "Por caridad, que nadie diga que necesitemos más diálogo que nunca," ha pedido en un tuit. Llach apuesta, pues, por otras vías, ya que hoy se ha demostrado más que nunca establecer el diálogo con los poder del estado no es posible.

El Tribunal Supremo y el futuro de los presos políticos

Hasta ahora, la Audiencia Provincial tenia la competencia sobre este artículo del régimen penitencario. Sin embargo, el auto conocido hoy, que ha revocado el 100.2 en Carme Forcadell, ha supuesto un giro de guion: la Sala Segunda del Supremo se ha otorgado la competencia para decidir sobre la expresidenta del Parlament y sobre el resto de dirigentes independentistas

El Supremo ha revocado la aplicación del artículo 100.2 a la expresidenta del Parlamento "por falta de justificación y desconexión con la reinserción", un permiso del cual disponían los presos políticos cuándo todavía no habían obtenido el tercer grado penitenciario.

"Sé que es venganza"

La expresidenta del Parlamento, Carme Forcadell, no ha manifestado ninguna sorpresa al conocer la decisión del Tribunal Supremo. "La competencia sobre el 100.2 es de la Audiencia provincial, pero el Supremo lo asume para poder revocármelo. No me sorprende, de este tribunal no espero justicia, sé que es venganza", ha afirmado a través de Twitter.