Leire Díez, la socialista que maniobró para encontrar trapos sucios de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ha declarado este martes durante más de dos horas dentro la sede de Ferraz para dar explicaciones sobre este escándalo, en el marco del expediente informativo que el partido se ha visto obligado a abrirle. Durante su comparecencia para aportar información ante la comisión de ética y garantías del PSOE, ha solicitado su baja como militante del partido de forma "voluntaria", según ha informado la formación en un comunicado. La fontanera, por otra parte, ha convocado a los medios de comunicación para una rueda de prensa este miércoles en el Hotel Novotel de Madrid a las diez de la mañana.

Díez ha llegado este martes al cuartel general de los socialistas cuando faltaban escasos minutos para las cuatro y media de la tarde. Una treintena de periodistas la esperaban a las puertas de la sede; ha bajado de una VTC visiblemente nerviosa, tapándose el rostro con unas gafas de sol. "Estoy agradecida con las personas que han tratado conmigo con amabilidad; no diré nada más", han sido las únicas palabras que ha pronunciado ante la prensa. Entonces ha entrado dentro del edificio ubicado en el centro de Madrid y ha sido recibida por trabajadores del partido. Cuando ha salido no ha dicho nada de nada y ha abandonado la calle Ferraz con un taxi mientras algunos transeúntes la regañaban con el insulto de "choriza".

Leire Díez se convirtió en la protagonista de la semana pasada; y es candidata a serlo durante unas semanas más. Se trata de una militante conocida por miembros de alta jerarquía del partido, persona de confianza de Santos Cerdán, actual secretario de Organización del PSOE; y que ha ocupado lugares de responsabilidad en empresas públicas como Correos con el gobierno de Pedro Sánchez. La semana arrancó con la publicación en El Confidencial de un audio en el que maniobra para conseguir trapos sucios de la UCO, la unidad de la Guardia Civil que se encuentra tras las investigaciones judiciales al entorno de Pedro Sánchez.

Participaban en aquella conversación la socialista Leire Díez, el abogado Jacobo Teijero y los empresarios investigados por la Audiencia Nacional Javier Pérez Dolset y Alejandro Hamlyn. En aquel diálogo, la militante del PSOE de Cantabria solicita a Hamlyn información comprometedora sobre Antonio Balas, teniente coronel de la Guardia Civil y jefe del Departamento de Delincuencia de la UCO, así como de José Grinda, fiscal Anticorrupción que acusa a Pérez Dolset y que ha liderado investigaciones como la operación Catalunya o el caso 3%. También se ha publicado que esta afiliada socialista ofreció a algunos medios un vídeo sexual sobre el fiscal para denigrarlo.

El expediente informativo a Leire Díez

La dirección del PSOE ha designado a un miembro de los servicios jurídicos del partido como instructor del expediente informativo. Es la persona que este martes se ha entrevistado con Leire Díez en el interior de la sede de Ferraz. Más tarde, esta persona tendrá que elaborar un informe que remitirá a la Comisión Ejecutiva Federal. La Secretaría de Organización que lidera Santos Cerdán decidió iniciar el expediente sin tomar todavía ninguna medida cautelar. Los órganos del partido pueden decidir más tarde si abren un expediente sancionador por la polémica o si cierran el proceso.

Silencio sepulcral de Pedro Sánchez

De momento, Pedro Sánchez sigue ignorando el caso Leire Díez. Todo apunta que lo tendrá que acabar haciendo en el Congreso de los Diputados, tal como le exige la oposición y también parte de sus socios. Desde que se publicaron la semana pasada los audios de la socialista maniobrando para encontrar trapos sucios sobre agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el presidente del Gobierno ha permanecido en silencio. Durante estos siete días ha intervenido en algunos actos en los que no se ha referido a la cuestión, aunque otras veces sí que lo ha hecho porque le convenía colocar un mensaje, aunque fuera con calzador.

Evitó comparecer ante la prensa el miércoles pasado después de haberse reunido en Bruselas con la presidenta europea, Ursula von der Leyen; y el jueves no permitió preguntas de los periodistas después de haberse reunido con su homólogo esloveno, Robert Golob, en el palacio de la Moncloa. Este lunes, después de haber pasado un fin de semana con la agenda vacía, el presidente socialista intervino en el acto de inauguración del Hospital Universitario de Melilla, y volvió a hacer como si nada. En cambio, el jefe del ejecutivo se felicitó por haber marcado "un antes y un después" en la política española por el hecho de haber entrado en la Moncloa justo hace siete años. Celebró haber aguantado todo este tiempo en la presidencia del gobierno "a pesar de las adversidades", aunque se refirió a dificultades como la pandemia, la DANA, el apagón eléctrico, el estallido del volcán de la isla canaria de la Palma o las guerras de Ucrania y Gaza.