La presidenta del Parlament suspendida, Laura Borràs, no ha aplaudido la absolución de la mesa de Roger Torrent porque el reglamento impide hacerlo desde los palcos o la tribuna del público, según ha indicado ella misma, después de que algunos medios lo han presentado como una oposición política. Según señala el artículo 234 del reglamento, en el título Deberes del público asistente, "el público asistente a las sesiones del Parlament debe mantener siempre silencio y orden, y no le son permitidas manifestaciones de aprobación o de desaprobación, de cualquier tipo que sean".

Borràs, que tiene fama de conocerse bien el reglamento, ha salido así al paso de las interpretaciones militantes de lo que había sucedido, cuando el grupo de Junts ha aplaudido y ella, que se tiene que sentar en un palco después de que el PSC, ERC y Comuns acordaron su suspensión, no lo ha hecho. También ha recordado que no es "expresidenta". "No soy expresidenta, sino presidenta del Parlament suspendida de mis funciones -después de ayer el martes ya podemos decir que, arbitrariamente, por la mesa. Y el reglamento de la cámara no permite aplaudir desde palcos o tribuna", ha añadido.

Este ha sido el momento de los aplausos:

Justo cuando ha aparecido la noticia de la absolución, la presidenta suspendida ya había publicado un tuit felicitándose por la decisión. "Muy contenta por todos y cada uno de los miembros de la anterior mesa del Parlament injustamente procesados por hacer del Parlament un espacio donde debatir en libertad. Un poco de luz...", ha manifestado.

Borràs ha hecho referencia en sus comentarios a que PSC, ERC y Comuns la suspendieron en la mesa por estar acusada de malversación, mientras que en el caso de los diputados de ERC Josep Maria Jové y Lluís Salvadó, acusados de malversación por el 1-O, no ha actuado de la misma manera y el martes lo desestimó. En los 2 casos Junts votó en contra de aplicar este artículo 25.4 del reglamento, porque considera que hace un juicio previo, y los otros partidos han variado su sentido del voto. La presidenta suspendida cree que su caso de supuesto fraccionamiento de contratos es en realidad un asunto de persecución política y lawfare, como la persecución del 1-O.

Solo existen unas ocasiones especiales en que el Parlamento permite los aplausos del público, y son las declaraciones de homenaje o los grandes acontecimientos históricos. Este fue el caso de la votación de la declaración de independencia en el 2017:

Otro caso es el reciente homenaje al exdiputado histórico de ERC Josep Fornas, donde Borràs aplaudió y después se apartó para no interferir en la ovación que recibieron los familiares del político desaparecido.