Fuente: El·laboració propia a partir de los resultados provisionales de las elecciones del 20D

Las generales del 20D han provocado un auténtico seísmo electoral en Catalunya. La distribución territorial del voto según los resultados provisionales de los comicios permite dibujar tres Catalunyes: la de la izquierda referendista de En Comú Podem (ECP), auspiciada por la alcaldesa Ada Colau, que ha sido la fuerza ganadora, y las dos que integran el bloque formado por los independentistas de ERC (segunda fuerza) y DiL, que engloba a CDC (cuarta fuerza). Una Catalunya violeta, una amarilla y una azul. El PSC cede a los colauistas la primacía en Barcelona y el área metropolitana, su histórico granero electoral, clave también en las victorias históricas del socialismo en España, queda en tercera posición detrás de los republicanos, y, prácticamente, es barrido del mapa electoral por municipios.

El peor histórico del PSC

La larga hegemonía del PSC, ganador en Catalunya de todas las elecciones generales entre 1977 y el 2008, se vio sustituida en el 2011 por una victoria –efímera– de la extinta federación de CiU. Los socialistas quedaron en segunda posición y este domingo han pasado a ser terceros, con 8 escaños y 589.000 votos, su peor resultado en la historia, casi la mitad de los alcanzados en el 2011 (14), la anterior peor marca. La debacle es de tal magnitud que en la demarcación de Barcelona, donde los socialistas gobiernan ayuntamientos como el de l'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Cornellà o Mataró, sólo consiguen ser primera fuerza en Canovelles y Súria, si bien mantienen la segunda posición en el global de la circunscripción. La gran paradoja es que el PSC, el partido municipalista por excelencia, sólo gana las generales en una veintena de municipios pequeños de las zonas del interior y parte de la Val d'Aran, incluida la capital, Vielha.

En Comú: voto urbano y litoral

El derrumbe de la lista liderada por Carme Chacón en Barcelona y el entorno metropolitano catapulta a En Comú Podem, que obtiene en total 927.000 votos y 12 escaños, unos 5.000 sufragios más que los socialistas en el 2011. Los colauistas, liderados por Xavier Domènech, son primera fuerza en tres capitales: Barcelona, Tarragona y Lleida, y en dos demarcaciones: Barcelona y Tarragona. En la de Barcelona se imponen en todos los municipios del Barcelonès, el Baix Llobregat y el Garraf, lo que les permite contener el ascenso de Ciutadans en el antiguo cinturón rojo, que en las elecciones al Parlament del 27S viró considerablemente hacia el naranja, pero también impiden a ERC rentabilizar en el área metropolitana su segunda posición en el global de Catalunya. ECP, a pesar de concentrar el grueso de su bolsa de votantes en la capital catalana y su entorno más próximo no es exclusivamente un fenómeno barcelonés aunque su base es, en general, el voto urbano, el litoral barcelonés y parte del tarraconense y gerundense, así como las Terres de l'Ebre.

ERC multiplica por tres

ERC multiplica por tres sus escaños en las Cortes españolas, al pasar de 3 a 9 (el máximo lo alcanzó en el 2000, con 8) y alcanza la segunda posición del ranking general con casi 600.000 votos, pero queda a más de 325.000 por debajo de ECP. A pesar de apostar por un hijo de la emigración castellanohablante, Gabriel Rufián, como cabeza de lista por Barcelona, ECP le gana la partida. El factor CUP, que no se presentaba a los comicios y pedía la abstención, ha perjudicado presumiblemente a los republicanos y habría favorecido a ECP en el área metropolitana. Eso sí, ERC hace el sorpasso por la mínima a CDC –integrada en DiL–, por 1 escaño (9 a 8), 10.000 votos y 1,2 puntos porcentuales más. Es la segunda vez en la historia electoral reciente, aunque, a diferencia de las europeas del 2014, los de Oriol Junqueras no consiguen ser la primera fuerza. De hecho, no se imponen en ninguna de las cuatro demarcaciones: en Barcelona le superan ECP y el PSC, y queda en segundo lugar en Girona i Lleida –superada por DiL– y en Tarragona, por detrás de ECP.

Los mínimos de CDC

Convergència, alma mater de la nueva coalición Democràcia i Llibertat (DiL), el equivalente a una CiU independentista, queda en cuarto lugar con 565.000 votos, unos 25.000 menos que el PSC, y empata a 8 escaños con los socialistas. El balance es difícil de digerir para la formación liderada por el presidente en funciones, Artur Mas, todavía pendiente del apoyo de la CUP a su investidura, y encabezada en los comicios por el exconseller de Presidència, Francesc Homs. DiL obtiene la primera plaza en las demarcaciones de Girona (también en la capital) y Lleida. Pero hay que ir a las constituyentes de 1977 (Pacte Democràtic) y las legislativas de 1979 (primera vez que se presentó CiU), para hallar registros de voto parecidos a los alcanzados el 20D por una coalición con el concurso de CDC: 514.000 votos y 11 diputados en los primeros comicios de la democracia y 483.000 y 8 escaños en los siguientes. El magro resultado se agrava por el hecho de que el otro antiguo socio de CiU, la Unió de Josep A. Duran i Lleida, apenas ha captado voto "moderado" de CDC: sólo ha obtenido 64.000 sufragios y se ha convertido en una formación extraparlamentaria. En el 2011 CiU ganó por primera vez unas generales en Catalunya, con 16 escaños y más de 1 millón de votos.

El efecto de las listas separadas

ERC y DiL han obtenido por separado 1.164.000 votos y 17 diputados, un espacio muy parecido al que ocupaba en el Congreso CiU, o CiU y ERC históricamente. Nunca ha habido tantos diputados explícitamente independentistas catalanes en las Cortes españolas. Pero las dos formaciones en ningún caso rentabilizan yendo por su cuenta a los comicios españoles, y a pesar de una campaña marcada por la unidad de acción en los mensajes, el resultado alcanzado conjuntamente en el seno de la coalición JxSí el 27S, que les procuró 1.628.000 votos. La de JxSí fue la candidatura más votada en Catalunya en todas las elecciones al Parlament desde 1980, y la segunda de la historia, muy poco por detrás del resultado del PSC en las generales del 2008, que obtuvo 1.689.000 votos. Es decir, ERC y DiL han perdido por separado 464.000 votos respecto del 27S y no parecen haber incorporado el grueso de los 337.000 electores que optaron por la CUP, ausente de los comicios y que pidió la abstención en un movimiento que ha apuntalado la primacía de En Comú Podem. En resumidas cuentas, el independentismo explícito ha perdido 800.000 votos en relación con el 27S, pasando del 48% a un 31%, si bien, una parte de su electorado habría migrado a los colauistas de ECP.

El pinchazo de C's

El pinchazo de Ciudadanos en todo el Estado, que ha quedado en cuarta posición y sin fuerza para completar una mayoría con el PP o el PSOE, se explica en parte por el más que discreto resultado en Catalunya tras el éxito alcanzado el 27S, en que los naranjas se convirtieron en segunda fuerza con 25 diputados en el Parlament. Albert Rivera, el candidato a la presidencia del Gobierno español, no ha sido profeta en su tierra: sólo ha sumado aquí 5 de sus 40 diputados, totalizando 489.000 votos. Es decir, en su debut en las españolas ha perdido casi 1/4 de millón de votos en relación con las últimas catalanas, cuando obtuvo 736.000 papeletas. C's sólo ha ganado en 6 municipios, entre ellos Vila-Seca, Salou y Roses. El partido naranja ha superado al PP en la parte baja de la tabla de clasificación, con 72.000 votos y casi 2 puntos porcentuales de ventaja.

El batacazo del cuarteto del PP

De los 947 municipios de Catalunya, Pontons, Corbera d'Ebre y Caseres son los únicos donde el PP ha conseguido ser primera fuerza, lo que da una idea de la magnitud de la debacle de los populares, que obtienen 5 escaños y 417.000 votos, 6 diputados y 300.000 papeletas menos que en el 2011. Una cosecha pésima agravada por el hecho que la candidatura de referencia, la de Barcelona, estaba liderada por un cuarteto de pesos pesados de la máxima confianza de Mariano Rajoy: el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, número uno; Jorge Moragas, jefe de Gabinete del presidente del Gobierno y director estatal de la campaña de los populares, como número dos; la aún presidenta del partido en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, como número tres, y la vicepresidenta tercera del Congreso, Dolors Montserrat, como número 4. Eso sí, todos ellos se han asegurado la plaza en el nuevo Congreso. El concejal tarraconense Jordi Roca será el quinto hombre del "PPC" en la Cámara Baja española.