La izquierda independentista sigue la batalla contra los Jocs Olímpics d'Hivern 2030. Este jueves en rueda de prensa desde la Seu d'Urgell la CUP, Arran, Endavant y la Coordinadora Obrera Sindical ha presentado su propuesta para mejorar el territorio. En una diagnosis han recogido once propuestas sobre varias necesidades que consideran que tiene la población que vive en las comarcas de montaña. Bajo el lema "La alternativa para un Pirineo vivo", plantean una gestión pública de la energía, el impulso del sector agrario, la gestión forestal, la creación de pequeña industria pública, una programación cultural estable, garantizar el derecho a la salud, la educación y la vivienda, dignificar la vejez, mejorar las telecomunicaciones e infraestructuras, y construir la veguería del Alt Pirineu y el Aran.

La concejala de la CUP en el Ayuntamiento de la Seu d'Urgell y militante de Endavant, Xènia Antona, ha explicado que este programa surge en un contexto en que se está viendo como una parte de la población se está movilizando a favor de un cambio de modelo económico. En este sentido, ha dicho que este tiene que ser diferente al basado en el turismo, la nieve y la construcción porque, según ha asegurado, genera despoblamiento, destrucción del tejido económico y trabajos temporales y precarios. Con respecto a la candidatura de los Juegos de invierno 2030, considera que "el chantaje siempre ha estado sobre la mesa", por el hecho de que cree que el discurso va en la línea de condicionar las inversiones al desarrollo de este proyecto olímpico.

Por su parte, Núria Sauquillo, militante de la CUP en la Vall Fosca, considera que la candidatura hará, en realidad, "retrasar muchos años más las inversiones necesarias para el territorio". Por este motivo, pretenden dejar claro que no sólo están en contra de los JJOO sino que, además, plantean alternativas y quieren que este programa sea una herramienta para generar debate, llegar a consensos y que se vaya enriqueciendo con las aportaciones de diferentes agentes. De entre las propuestas, hay la recuperación de las concesiones y el control de las centrales hidroeléctricas y el impulso de comunidades energéticas locales. También potenciar la agricultura y la ganadería, la gestión forestal crear pequeña industria pública con el fin de ganar en soberanía alimentaria y energética, entre otros.

Con respecto al ámbito de los derechos a la salud, educación y vivienda, piden mejorar la cartera de servicios de los centros sanitarios, reforzar la asistencia primaria y reabrir los consultorios de los pueblos. También recuperar escuelas rurales, garantizar el transporte y los comedores escolares, impulsar la educación superior y la investigación en el territorio. Además, defienden la necesidad de volver a habitar las casas vacías, aumentar el parque público de vivienda y frenar el de uso turístico. Otra propuesta está encarada a la dignificación de la vejez, garantizando el acceso a los servicios al colectivo, poniendo en marcha residencias públicas y pisos tutelados y mejorando las condiciones laborales de las personas que trabajan en este sector.

Por otra parte, en infraestructuras y telecomunicaciones ven necesario garantizar la conectividad a internet en todos los pueblos habitados, mejorar las redes de comunicación existentes y promover una línea de transporte público regular, ahora inexistente, entre las comarcas del Alt Pirineu y Aran. Finalmente, en el apartado cultural, creen que hay que garantizar un circuito estable en el cual tengan más peso los artistas y el público local y que la oferta no esté tanto enfocada al turismo. Al fin y al cabo, aseguran, hay que hacerlo de la mano del despliegue de la veguería para, concluyen, poder decidir las políticas del Pirineo desde el territorio.