La tensión interna que sufre Unió por el control de lo que queda de partido ha provocado una crisis en Barcelona con una huida de cuadros democristianos. El exdirector de Trànsit Joan Josep Isern ha abandonado el partido acompañado de los 22 miembros de la ejecutiva de Gràcia en bloque. Ayer fue un dirigente histórico, Jaume Jané, expresidente de la intercomarcal de Barcelona y miembro de la agrupación de Sants, quien anunció que abandonaba la militancia. Todo después de que hace un mes en el pulso por la dirección de Unió en la capital catalana la candidatura de Oriol Lázaro -asesor de Francesc Gambús en el Parlamento Europeo- fuera derrotada ante la de Àlex Miró, que contaba com el apoyo de pesos pesados de la dirección del partido. Tanto Gambús como Oriol Lázaro han abandonado Unió.

Todos estos movimientos se suman a la marcha de Antoni Font, vicesecretario general del partido y durante muchos años estrecho colaborador de Josep Antoni Duran Lleida. De hecho, fuentes de Unió apuntan que es también consecuencia del episodio vivido en Barcelona. Igual como la marcha de Joan Cañada, coordinador de la consulta del 9-N en el Govern, que anunció ayer a través de un tuit que renuncia a la militancia, después de que la noticia fuera avanzada por Efe, así como la de Frederic López, que fue con la vicepresidenta Joana Ortega responsable de la Oficina de Relacions Institucionals. Ninguno de ellos militaba en Barcelona, pero fuentes próximas señalan que la asamblea barcelonesa actuó como "detonante" que se ha sentido en el resto del partido.

 

Joan Josep Isern

Isern ocupó la direcció general de Trànsit en la etapa en que el secretario general de Unió, Ramon Espadaler, era conseller d'Interior, y se fue del Govern cuando se produjo la ruptura entre CDC i Unió. La semana pasada decidió también abandonar el partido acompañado de los 22 miembros de la dirección del distrito de Gràcia que encabezaba.

Fuentes democristianas de Barcelona aseguran que la mitad de la dirección de aquel distrito estaba formada por nuevos militantes que se habían incorporado al partido de la mano de Isern -algunos procedentes de CDC- y que con él han decidido renunciar al ver que el proyecto que querían impulsar para "defender un catalanismo moderado y un referéndum consensuado" no era viable.

Isern no esconde que tras su decisión está el descontento por la forma como se resolvió la pugna por el control de la intercomarcal de Barcelona hace un mes. Aquel pulso se cerró con la victoria de la candidatura encabezada por Àlex Miró, que se había presentado 48 horas antes de la votación y que aseguraba contar con el apoyo de dirigentes como Josep Sánchez-Llibre y Manel Silva.

La candidatura que fue derrotada, encabezada por Oriol Lázaro y de la cual formaba parte la única concejal de Unió en Barcelona, Sònia Recasens, contaba con el apoyo de ocho de los diez presidentes de distrito democristianos por lo cual fuentes del partido apuntan que se podrían registrar más bajas. 

Exdiputado

Igualmente aquella asamblea ha provocado la marcha de un dirigente histórico de Unió, Jaume Jané, que ocupó durante dos mandatos la presidencia de la intercomarcal de Barcelona y fue diputado en el Parlament durante cuatro legislaturas.

En la carta de despedida, Jané argumenta como razones para su baja, el aplazamiento del congreso nacional y la función de regeneración interna que tenía que impulsar, pero también los “movimientos” que se registraron en la asamblea de Barcelona. “Seguía confiando, también, que nos hacía falta un poquito, ni que sólo fuera un poquito de autocrítica. Y no querer esconder la cabeza bajo el ala”, añade.

Pagar al personal

Los problemas en Unió no son solo políticos. También son económicos. Lo cual está afectando a los trabajadores del partido que desde hace cuatro meses reciben un mail de la dirección advirtiéndoles del riesgo de no poder cobrar la nómina. Hasta ahora los sueldos se han ido haciendo efectivos aunque con retrasos importantes cada mes, lo cual provoca inquietud entre los trabajadores.