Se han quedado sin respuesta. Los partidos de la derecha española no han estado muy contentos después de comprobar que la exdipuada de la CUP Anna Gabriel ha podido romper el exilio y volver al estado español después de más de cuatro años exiliada. Este martes después de saberse la noticia, desde el atril han reaccionado Vox y Ciutadans, que se han limitado a criticar Gabriel y su apuesta por el exilio, a la cual han intentado quitar hierro, como es habitual entre estos partidos, que en más de una ocasión han pronunciado discursos provocativos instando a los exiliados a volver.

El portavoz de Vox en el Parlament, Joan Garriga, ha considerado que Gabriel busca "el indulto de los socialistas" después de cuatro años "de vacaciones". Con esta frivolidad se ha expresado el ultra ante el hecho de que la exdiputada de la CUP se haya presentado por sorpresa ante el alto tribunal: "Los ciudadanos normales vamos a la justicia cuando nos llaman, no cuando queremos". Desde Ciutadans, también se ha referido Carlos Carrizosa que bien al igual que Vox, ha intentado restar importancia a la persecución del estado español y ha tildado de "grotesco" que comparezca después de cuatro años. "Que se le llame exiliada a una persona que marcha de España bajo la supuesta amenaza de dos años de inhabilitación por desobediencia es una burla a los exiliados por regímenes totalitarios", ha afirmado, y ha criticado que haya personas que "compren" el debate del exilio cuando Gabriel "está viviendo bien" y "teniendo buenos cargos en el extranjero".

La exdirigente cupaire ha venido por sorpresa al Tribunal Supremo a primera hora de la mañana, y una vez hecha la citación ha quedado en libertad provisional y ha vuelto a Suiza. Fue procesada en marzo del 2018 con ocasión del procedimiento penal que se sigue ante el Tribunal Supremo por su posible implicación en la declaración unilateral de la independencia de Catalunya, y fue declarada en rebeldía el mes de julio del mismo año. La exdiputada fue investigada como presunta autora de un delito de desobediencia, sin que existiera contra ella ninguna orden europea de detención, ya que este delito no comporta pena de prisión. Ahora bien, había una orden nacional de detención para que fuera puesta a disposición del Supremo. El magistrado Pablo Llarena, una vez se ha llevado a cabo la citación, ha acordado su libertad provisional quedando "sin efecto la orden de búsqueda, detención y presentación, así como la rebeldía" y será citada para declarar en fechas próximas.

En un comunicado de prensa el grupo de apoyo de la exdiputada ha explicado que la comparecencia llega después de que durante los últimos meses se hubieran producido varias indagaciones y aclaraciones sobre su situación procesal actual. "Después de cuatro años y medio de exilio, hoy se produce un paso procesal necesario para recuperar una libertad de movimientos que nunca hubiera tenido que perder, ni yo ni nadie," ha declarado Gabriel, que ha añadido que su decisión llega después de tener en cuenta una "serie de consideraciones, reflexiones y análisis que tienen que ver tanto con el contexto político y judicial general, como también con una serie de circunstancias personales".