"Como alcaldesa de Barcelona tengo más motivos para asistir a la movilización que para no hacerlo". Con esta frase Ada Colau dejó, el lunes pasado, la puerta abierta a asistir a la movilización que preparan la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural en la capital catalana para el próximo Onze de Setembre, un anuncio que Colau argumentó en un "contexto de reivindicación" de la Diada Nacional, al cual no es ajeno el actual proceso de amenazas judiciales contra políticos catalanes, entre los cuales la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

Ahora bien, Colau admitió, en el marco de una entrevista al 3/24, que a pesar de su postura, Barcelona en Comú todavía no había cerrado una decisión en firme sobre la situación. Con una de cal y otra de arena, a la vez que aclaraba que su grupo político todavía no había tomado un posicionamiento firme afirmaba que "le parecía fantástico" que el Govern de la Generalitat hubiera escogido el Mercado del Born para acoger los actos institucionales, un marco polémico las últimas semanas por la decisión de mostrar, justo enfrente, en la plaza Comercial, una estatua ecuestre de Franco, aunque decapitada.

En todo caso, Colau representa en primera persona la ambivalencia de la galaxia común respecto del proceso soberanista, ya que a pesar de no declararse independentista siempre ha defendido la necesidad de efectuar un referéndum sobre el derecho a decidir y, además, ha especificado que su apoyo al independentismo podría depender de quién lo liderara.

El 'quién', más que el 'qué' o el 'cuándo'

Lisa y llanamente, el independentismo de Colau depende sobre todo del 'quién', más que del 'qué' o el 'cuándo', y por eso durante la campaña electoral que la llevó a la alcaldía no tuvo ningún problema en asegurar que su formación era la que "más seriamente se había comprometido con el derecho a decidir", y por eso mismo podía afirmar que en el seno de Barcelona en Comú "hay independentistas, federalistas y otros que no consideran prioritario este debate", para definirse a ella misma como una persona "no independentista que puede dar apoyo o no al proceso soberanista en función de quien lo lidere".

Es en este contexto que la posibilidad de ir a la manifestación de la ANC –que hay que decirlo, no es ningún acto institucional como el que se pueda celebrar en el Mercado del Born– ha activado las alarmas en las filas de los comunes, amenazando con astillar una unidad que, en la cuestión del soberanismo presenta una división de puntos de vista casi tan amplia como el número de familias que integran la galaxia común y que también a lo largo del mes de agosto ha generado una cierta polémica sobre la relación entre los comunes y el mundo independentista.

Y es así como justo después del anuncio de Colau, un peso pesado de los comunes en Catalunya, el portavoz de Catalunya Sí que es Pot y dirigente de ICV, Joan Coscubiela, replicó a la alcaldesa autoerigiéndose en portavoz de "la inmensa mayoría" de los votantes de Barcelona en Comú, que según su opinión no se sienten llamados a participar en una manifestación "que apuesta por una hoja de ruta unilateral y para dar un apoyo clarísimo al president Puigdemont". Otra vez el 'quién' antes del 'qué'.

Rabell no irá

De hecho, hay que recordar que días antes que Colau se mostrara decidida a ir a la movilización, una de las ramas principales de los comunes, ICV, ya dejó claro que no pensaban asistir, otra vez para no compartir la "hoja de ruta unilateral" hacia la independencia, en palabras de la coordinadora nacional de ICV, Marta Ribas. Tampoco piensa ir el líder de Catalunya Sí que Es Pot, Lluís Rabell, que aseguró que ante la convocatoria del ANC, se sentía "más bien rechazado".

Por el contrario, el núcleo independentista de Barcelona en Comú, representado por Gerardo Pisarello, se muestra predispuesto a participar en actos independentistas para "denunciar las políticas autoritarias del PP y su negativa a permitir el derecho a decidir el pueblo catalán", a pesar de las reticencias con la hoja de ruta de Junts pel Sí y la CUP.

Fachín ve "coherente" la decisión de Colau

Para acabarlo de arreglar, desde otra de las ramas de los comunes, Podem Catalunya, su secretario general, Albano Dante Fachín, ha asegurado este mismo martes que la posición de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sobre la manifestación del Onze de Setembre es "muy coherente con aquello que ha dicho ella y con lo que expresa en el espacio político", para añadir que Podem Catalunya tomará una decisión sobre su presencia en la movilización a principios de septiembre, cosa que también tendría que hacer, de manera oficial, Barcelona en Comú.

En todo caso y para tratar de pasar página a unas discrepancias que amenazan con astillar la unidad de los comunes, ICV ha decidido no polemizar más con Colau y rebajar la tensión después de las declaraciones de Coscubiela, asegurando que no hay desavenencias de fondo. Desde de ICV se acuerda que cada fuerza política decidirá por separado qué hace el Onze de Setembre, y por lo tanto no se cierran a la posibilidad que BComú participe aunque ICV no lo haga.

Sí a los actos institucionales

En todo caso se espera que tanto ICV como BComú participen en los actos institucionales, tal como se hizo el año pasado. Hay que recordar que el año 2015 ninguna de las familias de los comunes quiso participar en la manifestación de la ANC en la avenida Meridiana, aunque en un primer momento Ada Colau había anunciado su presencia, de la que se desdijo al interpretar que, al coincidir la Diada Nacional con el inicio de la campaña de las elecciones al Parlament del 25-J, la movilización se convertiría en un acto electoral de las formaciones explícitamente independentistas Junts pel Sí y la CUP.

Con todo, y a la espera de las posturas que tomen definitivamente tos los actores políticos de los comunes, las divergencias claras entre Colau y Coscubiela, aunque apaciguadas posteriormente, denotan diferencias de criterio en un punto básico de la ideología de los comunes, su siempre especial relación con el proceso soberanista.