Busqueta i Jòdar, en Bellvitge este mediodía/QS

Estrategia de negociación en la recta final de conversaciones entre JxSí y la CUP. Los cupaires han cogido su referente situado más a la izquierda, el diputado Josep Manel Busqueta, y el hombre tranquilo, el escritor y diputado Julià de Jòdar, para empezar lo que ya denominan el "pressing JxSí". Así esta mañana han reunido a representantes de la sanidad pública, se han plantado ante el hospital de Bellvitge y han puesto negro sobre blanco las exigencias en salud de la formación para favorecer un pacto con JxSí y, de rebote, plantearse la posible investidura de Artur Mas en la asamblea del 27 de diciembre.

Busqueta, Jòdar e Isabel Chacón, una de las miembros del secretariado, han pedido medidas concretas para detallar los veinte puntos que JxSí han puesto sobre la mesa para el Plan de Choque Social que puede comportar la reválida de Mas como presidente. En un tono a caballo de entre marcar posiciones, emitir un mensaje interno de contundencia y preparar los argumentos para un virtual , Busqueta ha reclamado un "seguimiento y control, un calendario y una dotación presupuestaria concreta para el borrador de plan de choque propuesto por los junteros.

Los diputados cupaires también han querido perfilar sus "líneas rojas en salud". Entre éstas se cuenta paralizar los consorcios sanitarios de Lleida, Tarragonès o en Girona, parar las externalizaciones o bien abrir la reproducción asistida a las lesbianas. "No podemos hacer trampas, mientras haya una tramitación hacia la República no se puede desmantelar, ni privatizar ni precarizar la sanidad, que es un derecho y un patrimonio público," ha enfatizado Busqueta. "Si se desmantela la sanidad pública no podemos compartir ni el proyecto ni el final de una República".

Coincidencias tácticas

La demanda expresada este mediodía por la CUP coincidía con la primera reunión oficial con el nuevo formato entre cupaires y junteros en el Parlament. De hecho, tanto Jòdar como Busqueta se han marchado hacia la cámara catalana porque tenían reunión con los negociadores con el fin de explicar el contenido y el balance provisional de las conversaciones.

Por eso, ninguno de los dos escondía que la toma de posición en salud también era un mensaje a JxSí para concretar su plan de choque. El gesto también se interpreta como un mensaje interno, en el sector más refractario a un acuerdo y, por descontado, poner una alfombra roja más o menos encubierta de cara a poner negro sobre blanco las condiciones del sí a Artur Mas.