El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha enviado a los juzgados de instrucción de Barcelona la causa por prevaricación y malversación contra exconseller de Interior Miquel Buch por haber contratado de asesor uno mosso de Escuadra que en realidad habría hecho de escolta del presidente de la Generalitat en el exilio Carles Puigdemont.

La causa estaba en el TSJC porque Buch, como conseller y diputado en el Parlamento, era aforado, pero dejó el Govern en septiembre y ahora la cámara catalana ya está disuelta y no ha sido escogido diputado de nuevo. Por eso, el caso se acabará de instruir en un juzgado ordinario de la capital catalana. La instrucción de la causa ya está casi concluida, pero tendrá que ser el próximo magistrado instructor quien lo decida. El TSJC admitió a trámite la querella presentada por la fiscalía, que actuó a instancias de Cs, por los delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos.

El caso

El agente fue nombrado asesor en materia de seguridad en julio del 2018, pero dejó el cargo a petición propia en marzo del 2019. Antes, durante y después de este periodo, la fiscalía ve acreditado que ha estado haciendo de escolta del presidente.

El mosso tiene amplia experiencia en materia de seguridad y ha trabajado en varias empresas privadas. Justo antes de ser asesor de Interior, como mosso, estuvo de baja por unos problemas de salud y acumuló muchas vacaciones no disfrutadas. Por eso, cuando fue nombrado asesor, cargo de confianza que no requiere concurso público de méritos, pudo viajar a Bélgica en su tiempo libre. Filtró no tenía un horario fijo, sino que despachaba periódicamente con el conseller y le aportaba informes.

En su declaración a instrucción, Buch negó que escogiera de asesor el sargento para que hiciera de escolta de Puigdemont. El conseller indicó ante la magistrada que se decantó por tener este agente como a cargo de confianza porque sus asesores le aseguraron que tenía un perfil técnico, experiencia y conocimiento del cuerpo policial.

También manifestó que no tenía conocimiento otras actividades del agente, ni previas ni las posteriores relacionadas con el expresidente. Buch justificó la brevedad de los informes porque sólo tenían que ser resúmenes que lo ayudaran a tener una idea básica de las cuestiones relacionadas con el cuerpo. El mosso se negó a declarar ante la instructora.