Entre broma y broma, el enfrentamiento se insinúa entre Partido Popular y Ciudadanos. Albert Rivera no se esconde de que decidió votar sí a la investidura de Mariano Rajoy como "mal menor" para salvar la gobernabilidad. Eso, justo cuando ahora hace seis meses que pidió a la bancada popular que se sublevara en contra de su presidente por los escándalos de corrupción en el PP. A su vez, los de Rajoy han pasado de llamarle 'naranjito' o 'pichón', a "señor Rivera", tras firmar su acuerdo de investidura. Pero mientras se celebra la campaña por los comicios vascos y gallegos, PP y C's no han podido taponar más la herida y se han alzado en duelo.

"Votar C's es tan útil como llevar chancletas a Groenlandia o bañador en el Himalaya" hacía constar un vídeo electoral difundido por los populares en Euskadi. Populares y C's comparten buena parte del potencial electorada por el espectro de la derecha y los primeros temen que su pastel en escaños se haga más pequeño. Por ese motivo, intentan hacer mofa de que los votos hacia la formación naranja puedan no ser "útiles", en un parlamento tan fragmentado. El mismo PP no es la fuerza hegemónica en el País Vasco, sino la quinta, con entorno a 8 escaños, según el CIS.

Pero lo que podría ser un spot con tics irónicos, cargado de intenciones para ganar votos, ha acabado generando un estruendo en las filas naranjas. El cabeza de lista de C's por Barcelona, Juan Carlos Girauta, tachó de "vídeo porquería" el spot. Para Girauta era poco más que "significativo" comparar la candidatura de Nicolás de Miguel (C's) con una serie de lugares remotos del planeta. Más diplomático fue el vicesecretario general, José Manuel Villegas, cuando aseguró que los "enemigos" no eran los partidos constitucionalistas, sino los "populistas" e independentistas.

No sólo ha irritado el PP a C's, los propios 'naranjitos' han levantado los recelos de Génova por revolverse en contra de Alfonso Alonso, candidato a lehendakari por el PP y una de las manos derechas de Rajoy. La formación naranja tomó el vídeo de sus adversarios y añadió una serie de recortes de periódico que venderían a demostrar que sí, que son "el voto útil". Por ejemplo, citan la presión que Rivera hizo para que la exalcaldesa de València dejara el escaño o dimitiera, en virtud del pacto anticorrupción que habían firmado.

Hernando - Rivera: un clásico

Entre broma y broma, los cuchillos han vuelto a volar este miércoles. Rivera ha ironizado sobre el vídeo electoral de los populares. "Los directores de marketing del PP son una maravilla para C's, no sé si está detrás Rafa Hernando" ha dicho el líder de C's, entre risas. Hernando es el portavoz del PP en el Congreso y es conocido por sus frases ocurrentes. Él mismo fue uno de los instigadores de llamarle "pichón" en señal de burla a Rivera. "Se quejó por ello, no sabe dónde se ha metido", explicaba hace días en una conversación con El Nacional.

La tensión entre Hernando y Rivera no es nueva, sino que se puede cortar con cuchillo después de que Hernando cargara contra el líder de C's por afirmar que si Rajoy no tenía mayoría suficiente para ser investido, su pacto podría volver a entrar en vigor "si había un candidato viable" del PP. "Yo no firmo pactos de quince minutos", lo regañó el popular des de la tribuna de la cámara. Así y todo, el propio Hernando ha salido hoy del paso con un "ya saben ustedes el enorme cariño que le tengo al señor Rivera. Debe de venir a hacer la campaña al Congreso", dijo.

El pacto Anticorrupción

La carta de la regeneración ha servido a C's para hacerse un sitio en el espectro de la derecha y seguirá apelando a este argumento. Por eso, todo el tiempo marca las distancias con los populares, para no verse salpicados como socio de pacto: primero con el nombramiento fallido del exministro José Manuel Soria para el Banco Mundial, después pidiendo "responsabilidades" porque al titular de Economía, Luis de Guindos, lo hubiera nombrado, y finalmente, porque a algunos no les parecía suficiente que Barberá dejara el PP, sino que querían que dejara el escaño. 

La tensión se remonta a más lejos aún: de cuando la bancada popular dijo a Rivera aquello de "habla castellano, que no te entiendo" y este asegurase que no se había sentido tan atacado ni en el Parlament de Catalunya, donde su posición –decía– había sido difícil de defender frente al soberanismo. También se remonta a cuando el líder de C's exigió que Rajoy se tenía que marchar y lo vetó, para más tarde cambiar de parecer, porque no era símbolo de la regeneración. Entre broma y broma, la pelea continuará entre ambos.