El caso de Marcel Vivet, finalmente, se ha desencallado. La Audiencia de Barcelona ha acordado la expulsión de la Abogacía de la Generalitat en el procedimiento final del activista de Badalona que fue condenado a cinco años de prisión por haber provocado una lesión leve a un agente de los Mossos d'Esquadra en la protesta Holi contra la manifestación del sindicato policial Jusapol, en la Via Laietana de Barcelona en el 2018. La fiscalía defendía que la Generalitat tenía que mantenerse en el procedimiento.

La sección 21 de la Audiencia de Barcelona, que lo condenó a dos años de prisión por un delito de desórdenes públicos y a tres años más por atentado contra la autoridad, ha decidido que el Departamento de Interior no puede estar en el procedimiento penal porque el agente de los antidisturbios al quién  defendía se marchó con un abogado privado, al acabar el juicio.

Tirón de orejas

La Generalitat expuso que presentaba recurso de súplica contra su expulsión porque en aquel procedimiento asegura que representaba también a todo el cuerpo de Mossos d'Esquadra. En la resolución, conocida hoy, el tribunal sostiene que la Generalitat en todo el procedimiento solamente expuso que defendía al agente, y le reprocha su actitud final, por haber pedido una rebaja de la condena impuesta a Vivet, acción de la cual asegura que "es más propio de la defensa que de una acusación".

 

Los servicios jurídicos de la Generalitat presentaron, el julio pasado, un recurso contra la condena de Vivet. Inicialmente, solicitaba cuatro años de prisión y ahora, seis meses. Esta modificación, para mantener los acuerdos con la CUP, no gustó a nadie. El agente de la Brigada Móvil (Brimo), a quien Vivet habría dado un golpe en el dedo con un palo de una bandera, dejó la representación de la Generalitat para ir con el abogado José Antonio Bitos. Por su parte, Vivet y su abogado, el penalista Carlos Hurtado, esperaban que Interior pidiera la absolución del joven en el recurso de apelación al TSJC.

Ahora finalmente, después de meses atascado, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) tendrá que revisar los recursos de apelación contra la condena de Vivet.

Veracidad policial

Cuando se dio a conocer la condena, el abogado de Vivet aseguró que la única prueba de cargo contra el activista era la declaración del mosso herido. "Se está dando la presunción de veracidad a un testigo policial cuando eso no existe", sostenía Hurtado, además de asegurar que era una sentencia con "un grave sesgo ideológico". Antes de la condena, Vivet también expresó que desde la Generalitat lo había presionado a él, a su madre y a su abogado para que aceptara una condena de dos años de prisión. En el juicio, Vivet explicó que él estaba en la primera fila y con la bandera se protegía de las cargas policiales, y que estuvo poco rato.

Además, después conocerse la sentencia condenatoria, el junio pasado, Vivet declaró que el agente por el cual lo condenaron por haberlo herido levemente en un dedo, es lo mismo que supuestamente recibió un golpe  en la cabeza de otro joven, Adrià, a quien piden elevadas penas de prisión. Un hecho ilógico, ya que el agente indica que solamente recibió una golpe. Además, Marcel y Adrià no estaban juntos a la protesta. La organización Alerta Solidaria aseguró que este hecho demuestra que los atestados policiales están "falsificados" y reclamaba que se asumieran responsabilidades. Interior, no obstante, no modificó su petición de condena en Vivet.

 

Foto principal: El activista de Badalona Marcel Vivet / Sergi Alcàzar