El presidente del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turull, y la portavoz del secretariado nacional de la CUP, Núria Gibert, han coincidido a fijar "fecha de caducidad" a un referéndum acordado, la propuesta sobre la mesa después de la cumbre de este viernes en el Parlament. "Es el último intento", ha advertido la cupaire en declaraciones este sábado en Catalunya Ràdio. Turull se ha sumado a delimitar en el tiempo la vía acordada: "Hace mucho tiempo que estamos en este proceso, el Estado no necesita nueve meses para saber si quiere hablar o no, con unos cuantos meses sabremos enseguida si hay posibilidades o no". En cambio, Lluís Rabell, presidente del grupo parlamentario de CSQP, no ha apostado por poner caducidad. Rabell no quiere definirlo como "imposible": "La batalla será difícil pero está abierta, el futuro está en disputa".

En este sentido, Rabell ha apostado por ampararse en la correlación de fuerzas en el Estado partidarias del derecho a decidir, una correlación que la CUP también ve sin divisar "cambios radicales en los próximos años". "No le perdonaremos al Estado que sienta la presión democrática del 85%" de catalanes que quieren un referéndum. Es este el motivo de la CUP por ser a la cumbre, ha insistido Gibert. "Es el último intento", ha dicho mientras Turull advertía que "se ha terminado el tiempo de marear la perdiz".

Por Rabell, sin embargo, una consulta que no sea acordada y con garantías es "hacer trampas en el solitario" porque "no resuelve el problema" en Catalunya. "Si hacemos otro 9-N, no tendrá efectos jurídicos ni reconocimiento internacional".

En cualquier caso, Turull también ha apuntado que la cumbre de este viernes "no enfría" el referéndum unilateral, acordado durante el debate de política general. "La voluntad de hacerlo pactado siempre ha estado, está y estará hasta el último minuto; como los catalanes votaremos" como tarde la segunda quincena de septiembre. "El Estado tiene que tomar nota".