La voluntad del PDeCAT de comparecer a las elecciones municipales con las siglas JxCat ha provocado malestar dentro del grupo que lidera Carles Puigdemont, que considera que la formación demócrata intenta apropiarse de la marca para aprovechar el empuje conseguido el 21-D.

La coordinadora general de los demócratas, Marta Pascal, ya anunció en el último consejo nacional del PDeCAT la pretensión de quedarse las siglas para las próximas municipales y este viernes la convención municipalista del partido ha dado el visto bueno a la propuesta. De hecho, la marca JxCat es propiedad de la formación demócrata, que la registró en el Ministerio del Interior.

La estrategia demócrata inquieta profundamente al grupo de JxCat, que desde que se puso en marcha para las elecciones del 21-D ha hecho bandera de los su carácter transversal y de la presencia de independientes en sus listas sin ninguna vinculación con el PDeCAT o, incluso, provenientes de otras formaciones.

Ha sido el vicepresidente primero del Parlament y uno de los nombres de más peso en JxCat, Josep Costa, quien se ha encargado de mostrar públicamente el malestar a través de una publicación en Twitter. "No es lo mismo ser JxCat que llamarse JxCat", ha advertido.

El tuit ha corrido a través del grupo parlamentario y buena parte de los miembros independientes lo han retuiteado, o bien han opinado al respecto como el diputado Pep Riera.

Entre las voces críticas que se han levantado contra el movimiento del PDeCAT figura también uno de los ideólogos de JxCat, el politólogo Agustí Colomines, que ha tildado el movimiento de "engañifa".

Pero ha habido también miembros del PDeCAT que han salido a pronunciarse sobre este movimiento del partido. Entre otros, el secretario general de Territori i Sostenibilitat, que fue candidato a la alcaldía de Badalona, Ferran Falcó, que ha mostrado su convicción de que Puigdemont "sabrá evitar que un proyecto concebido para ser grande se convierta en un fracaso esencialista".