La Junta Electoral de Barcelona ha desestimado el recurso presentado por el Ayuntamiento de la capital catalana y mantiene la prohibición sobre la iluminación amarilla de fuentes y fachadas municipales. En su escrito, facilitado por el PPC, la entidad dice que esta actuación tiene una "finalidad partidista", ya que se identifica con un "símbolo político de uno de los sectores que contribuye a las elecciones".

En esta línea, argumenta, que su objetivo "no es solidario". Después de recordar que no todos los partidos consideran que las personas encarceladas lo están por sus ideas políticas, la Junta cree que el Ayuntamiento ha vulnerado el principio del respeto a la neutralidad política en periodo electoral "al tomar partido por unas determinadas candidaturas", y cita el artículo 50.2 de la LOREG.

Este artículo, subraya la Junta, impide los poderes públicos utilizar imágenes o expresiones similares a las que utilizan los partidos en sus campañas. La resolución constata que el lazo amarillo es un símbolo político que en este caso se sustituye por la iluminación del mismo color, "con el mismo o similar simbolismo".

El líder del PPC en el consistorio, Alberto Fernández Díaz, ha pedido a la alcaldesa, Ada Colau, que "no vuelva a poner el Ayuntamiento al servicio del independentismo", y ha negado que fuera una cuestión de solidaridad o de libertad de expresión, sino de una "vulneración de la neutralidad política y de los derechos de todos los barceloneses que se sienten catalanes y españoles".