Cuando Oriol Junqueras ha ocupado su lugar en la comisión del 155 del Parlament, en la primera fila de diputados justo delante de él estaban los dos responsables del grupo de Ciudadanos, Lorena Roldán y Carlos Carrizosa. Era la primera vez que los representantes de Ciudadanos asistían a la comisión del 155 y la primera ocasión en que se volvían a ver las caras con el vicepresident en el Parlament después de más dos años de prisión. A pesar de no pretenderlo, al sentarse, se han encontrado las miradas y ha parecido que se intercambiaban un movimiento mecánico similar a un saludo.

Al lado de Junqueras estaba el vicepresident Pere Aragonès, igual como al lado del resto de consellers se han ido sentando los actuales ocupantes de sus departamentos. Hacía poco más de media hora que Junqueras había llegado al parque de la Ciutadella. La primera en llegar había sido Dolors Bassa desde la prisión de Puig de las Basses, minutos después lo ha hecho el vicepresident y los consellers Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull y Quim Forn desde Lledoners. Todos con vehículos no logotipados.

A las nueve de la mañana se han puesto en marcha las comparecencias. Por orden protocolario. El primero, Junqueras. Dentro y fuera de la sala, cámaras y fotógrafos intentando captar su retorno al Parlament. Dentro de la comisión y en medio de los diputados, constantemente miembros del Govern, que hoy no ha celebrado la reunión de los martes con el fin de poder acudir a la Cámara. Con cada uno de los presos, cinco invitados, la familia, los colaboradores más estrechos, amigos. La vigilancia policial, sin armas en el espacio del Parlament, es prácticamente imperceptible, a pesar de que los pasillos por donde pasan los presos se han cerrado al acceso de la prensa y los invitados.

En ningún momento han estado dentro de la comisión ni el president, Quim Torra, ni el presidente del Parlament, Roger Torrent, que, no obstante, han recibido a los presos cuando han llegado y les han acompañado hasta las salas que se les han habilitado, donde se han instalado mientras esperaban su turno y desde donde han seguido las sucesivas intervenciones a través de una pantalla.

Al tomar la palabra, Junqueras ha recordado a los presos y exiliados, ha citado explícitamente a Carles Puigdemont, y ha anunciado que tenía la voz cargada por culpa de un resfriado. A partir de aquí ha desplegado, con la habitual socarronería, un discurso con una contundente carga política.

Ha defendido el diálogo; ha denunciado que se ha confundido la justicia con la venganza, pero que esto ni los intimida ni les da miedo; ha asegurado que la prisión que están sufriendo ayuda a construir las mayorías que busca el independentismo; y ha alertado de que cuando el Estado cae en la tentación de utilizar las cloacas nadie está fuera de peligro, porque volverán. "Es difícil volver a encerrar el genio dentro de la lámpara, porque el genio tiene vocación de estar fuera", ha advertido.

Pero también ha alertado directamente a Ciudadanos de que quien más clama contra el independentismo es quien más votos pierde en todas partes. "El hecho de que muchos de vosotros bajáis los ojos cuando os lo digo es la mejor prueba", ha remachado.

Unas filas más atrás una parte importante del grupo de Cs seguían la sesión desde dentro de la sala. En cambio, no había nadie del PSC ni del PP.

Junqueras se ha declarado muy contento ―"casi como unas castañuelas"― de poder estar en el Parlament y hablar con todo el mundo "sin excepción". Ha asegurado que ofrecían diálogo a diestro y siniestro, "también con aquellos que han aplaudido de la manera más entusiasta la represión". "Con aquellos que han aplaudido de manera más entusiasta nuestra prisión", ha remachado.

Ciudadanos

Cuando ha llegado el turno de palabra de los grupos, Roldán se ha lamentado de que Junqueras no hubiera aprovechado para pedir perdón y le ha preguntado si podía sostener la mirada a los catalanes, a las personas pendientes de cobrar las ayudas por la dependencia o niños con riesgo de pobreza, y decirles que se ha "gastado su dinero". "Usted no es ningún mártir", le ha reprochado.

Roldán no se ha quedado a escuchar las respuestas. Tan pronto como ha acabado su intervención, se ha levantado y se ha marchado. Con ella, Carrizosa y los diputados que ocupaban las últimas filas de la sala. "¿No se quedan?", ha interrogado Junqueras: "¡Lástima, ahora que habíamos empezado a dialogar!".

A pesar de todo, Junqueras ha celebrado que los diputados naranjas hubieran acudido a la comisión.

También, Jordi Turull ha respondido a Ciudadanos, aunque en su caso ya no estaban presentes. Es más, les ha reprochado "cobardía increíble" por su ausencia. "Sois muy valientes delante de las cámaras", ha reprochado además de asegurar que hay "más humanidad en la prisión".

En una alusión muy contundente, Turull se ha dirigido directamente a la presidenta de Ciudadanos en el Parlament. "Me gustaría que Roldán me aguantara la mirada cuando habla del trato que tenemos que tener en la prisión", ha advertido además de invitarla a acudir al centro penitenciario para comprobarlo.

Toque a JxCat y ERC

Turull también ha tenido tiempo para dedicar un tirón de orejas a los diputados de JxCat y ERC después de las escenas de división que protagonizaron ayer en el Parlament. Les ha advertido que "la ropa sucia se lava dentro de casa y no fuera" y que les ha emplazado a evitar escenas como estas si quieren hacerles más feliz la estancia en la celda.

El conseller ha reivindicado lo que ha descrito como "la teoría del rellano", consistente en que unos bajen un peldaño y los otros suban otro con el fin de encontrarse en el mismo lugar.

Fracaso del 155

También Raül Romeva ha advertido que le habría gustado ver dentro de la comisión "gente que hoy ni siquiera ha sido capaz de venir"; ha advertido que el 155 fue "un error, una cobardía política y un fracaso", y que muestra de todo eso es que sus responsables hoy ya no están en la política, "ni Rajoy, ni un tal Rivera, ni Soraya Sáenz de Santamaría".

El conseller ha admitido que no están en las instituciones pero ha aconsejado que "nadie dude, ni un segundo" que no han dejado la política; ha asegurado que "tarde o temprano" acabarán ganando el pulso judicial; pero también ha hecho una advertencia sobre la represión: "Todavía no hemos acabado, todavía no lo hemos visto todo".

Romeva ha acabado con una declaración contundente: "Si nos tomamos seriamente la condición política de eso que está pasando, se impone una amnistía". Y un consejo: "Es hora de poder arrancarnos alguna sonrisa". "Hace demasiado tiempo que mucha gente sufre. El sufrimiento tiene un límite. No lo digo sólo por los que estamos aquí, más bien por los que no están. Reconduzcámonos, seamos listos y dejemos de hacer sufrir a la gente que no se lo merece y tiene otras prioridades de las cuales ocuparse", ha reclamado.