No hay nada escrito todavía en este juicio, que cada día que pasa es imprevisible. No sólo en cómo van las declaraciones de los testigos, sino cuáles serán. Porque el calendario cambia de dos a tres veces por semana.

En una semana donde la mirada está fijada en el jueves, en el major Josep Lluís Trapero, que todavía no sabemos si declarará, desfilan testigos de Unipost y empresas relacionadas con la campaña publicitaria para demostrar la malversación, aunque algunos testigos caerán porque están imputados.

Como David Palanques, secretario de Difusió de la Generalitat, que como está imputado por el juzgado de instrucción 13, se ha negado a declarar.

Hoy, de momento, lo más relevante es que los testigos han mareado la fiscalía hasta que la han sacado de quicio. Primero Emili Quevedo, que fue jefe de la comisaría general técnica de planificación de la seguridad, ha desmarcado las decisiones de los Mossos d'Esquadra de las decisiones políticas.

El comisario además ha dejado descolocado al fiscal cuando le ha dicho que se activaron el doble de efectivos que en una jornada electoral: "El dispositivo de Mossos para el 1-O fue de unos 7.800 agentes. En una jornada electoral normal se destinan entre 2.500 y 3.000".

"Desafortunadamente, el cumplimiento del auto de la magistrada no se llevó a cabo en su integridad", ha admitido Quevedo, aunque ha incluido a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. "Cerramos el máximo de centros de votación", ha insistido, y ha remachado diciendo al fiscal: "No es adecuado hablar de un dispositivo de Mossos, de uno de Guardia Civil y de uno de CNP. Es obvio que era un dispositivo conjunto".

El mareo ha seguido por la tarde, después de una pausa de 4 horas, cuando han llegado los trabajadores de Unipost. No han escondido que tenían material de la Generalitat para repartir, pero también han dicho que quedó todo parado porque no había albaranes, y de rebote, tampoco facturas.

Consuelo Madrigal ha intentado poner entre la espada y la pared a Francisco Fuentes cuando lo ha presionado sobre si sabía de quién era el encargo o no.

"El servicio no se puede facturar antes del reparto", ha explicado Albert Planas, director de producción de Catalunya de Unipost. "Las cartas llegaron sin ningún tipo de instrucción", ni albarán ni instrucciones. "Por eso estaban parados" los envíos, ha explicado Planas. "Estaban todos los envíos retenidos en la oficina de Terrassa", ha insistido.

El fiscal Jaime Moreno ha hecho explicar cómo fue el registro del 20 de septiembre y ha tenido que ser advertido por Manuel Marchena por inducir las respuestas del testigo.

La fiscal ha intentado poner en boca del testigo que su contacto era Toni Molons, que era secretario de Difusió del Govern.

Nueva jornada, pues, sin probar la malversación de dinero público. Jornada que ha empezado con la declaración de Manel Castellví que ha reconducido el testigo del jueves pasado.

Manel Castellví rectifica y dice que la previsión de riesgo el 1-O que habían hecho "falló", que una vez llegado el 1-O se vio que en las escuelas había ciudadanía no organizada y que los grupos radicales no estaban.

Mañana declaran más testigos relacionados con el delito de malversación. Están citados Oriol González, de Buzoneo Directo; Rosa Maria Sans y Enric Mary, de la empresa Atiplan; y Enric Vidal que es quien hacía los encargos de diseño.