Declaraciones exprés de policías españoles para cerrar la semana en el Tribunal Supremo. Hasta 16 testimonios más que relatan como entraron por la fuerza en diferentes puntos de votación, tanto agentes de la policía judicial como antidisturbios.

"Teníamos un listado del CECOR de 28 escuelas donde teníamos que entrar", ha dicho uno de los testigos.

Había gente de pie, sentada y con cadenas humanas", ha explicado otro policía para construir el relato de siempre: el de la muralla humana y el de la violencia de los manifestantes.

El paraguas como arma de guerra

Pero la violencia sigue siendo un "golpe de paraguas" que recibió un agente, según ha explicado uno de los testigos. El resto se basa en gritos, insultos, golpes con las manos y los puños a las furgonetas policiales, "hostilidad y resistencia", y "muro popular", según han ido explicando uno por uno los testigos.

Cuando los abogados han preguntado sobre si la multitud llevaba armas u objetos peligrosos, uno de los testigos ha dicho que "llevaban paraguas", por lo que el abogado de Jordi Cuixart, Àlex Solà, ha matizado que aquel día llovía.

Hoy el nuevo elemento han sido los "encapuchados". Diferentes testigos han ubicado algunos en diferentes centros, pero uno de ellos ha concretado que estaban en un pasillo de uno de los centros esperándoles, aunque después ha explicado que no hicieron nada.

Pero algunos de los policías han relatado que el "muro popular" eran personas que estaban "estéticas y en actitud contemplativa", la gran mayoría sentados a tierra y entrelazados. Otros los han calificado de masa en "actitud espontánea u organizada". Y también han explicado que "la gente estaba beligerante y en actitud agresiva". Pero a la hora de explicar hechos todo se reduce a lanzamiento de monedas y botellas de plástico contra las furgonetas, más allá de la silla que salió volando en la escuela Víctor Català. Aunque uno de los testigos, también policía, ha puesto en duda que realmente la silla llegara a impactar contra el antidisturbio.

De culo con los abogados

En general los policías españoles son secos a la hora de responder a las preguntas de los abogados.

Alguno ya ha recibido algún moco, como de Andreu van den Eynde. Pero hoy le ha tocado a Xavier Melero.

Se ha encontrado con un testigo duro de roer que no respondía, y después de quejarse ha acabado desistiendo: "Lo dejo, señor presidente, porque no vamos a ningún sitio".

Los abogados, sin embargo, han tratado de desmontar parte de la declaración cuando han preguntado al testigo si todo lo que había relatado que había pasado en diferentes colegios lo había visto o se lo habían explicado. Y al final sólo ha podido dar detalles de una parte de los hechos, que son los que vio.

Todo el relato sobre la pasividad de los Mossos que ha detallado en cada uno de los centros también ha caído cuando sólo ha podido concretar que él vio "actitud pasiva" en la escuela Tibidabo, y cuando le han preguntado dónde más, ha dicho que no se acordaba. Antes había asegurado que los Mossos d'Esquadra estaban en "actitud de inactividad" en el Tibidabo, Aiguamarina, Marenostrum y diferentes centros más.

También ha acabado admitiendo que las "personas encapuchadas que lanzaban mobiliario" en la escuela Aiguamarina no las vio porque no fue en este centro.