El 19 de junio del 2017 Iñigo Urkullu y Carles Puigdemont se encontraron en la Generalitat con motivo de la conmemoración del aniversario del atentado de Hipercor y durante las cuatro horas de reunión el president de la Generalitat le pidió que hiciera de mediador ante "el bloqueo absoluto" con el Gobierno.

Mariano Rajoy no quiso entrar ayer a explicar hasta qué punto se negoció ni cuál fue el papel de Urkullu. Sólo dijo que se habían visto, lo que provocó que el abogado Jordi Pina le recordara al expresidente del Gobierno que estaba bajo juramento. Sin inmutarse, Rajoy dijo: "No se preocupe, ya nos lo aclarará el señor Urkullu". Y eso es lo que ha pasado. Urkullu lo ha explicado con todo detalle.

El mismo día que Puigdemont pide a Urkullu que medie, el lehendakari habla ya con Soraya Sáenz de Santamaría en la sala de autoridades del aeropuerto y pide una reunión con Mariano Rajoy, que tiene lugar el 19 de julio. La reunión duró dos horas.

"A partir de este momento ya fueron muchos los encuentros y conversaciones mantenidas con varias personas del ámbito político, institucional, cultural, económico, empresarios... Todas ellas vinculadas con Catalunya".

"El 21 de septiembre de 2017 mantengo una conversación con Rajoy por teléfono, y a partir del 4 de octubre "se me solicita que intervenga y lo hacen muchas personas", ha explicado. Del 4 al 27 de octubre "fueron prolíficas las conversaciones".

"Las cosas no tenían que seguir de la manera que se estaban produciendo y que todo se estaba yendo de las manos. Había que medir mucho los pasos para no provocar situaciones que crearan una fractura social, y Rajoy respondió de que cuidaría al máximo todo lo que se hiciera".

A preguntas del fiscal, Urkullu ha aclarado que a pesar de la orden judicial el Gobierno podía actuar de muchas formas y lo hizo enviando a la policía. Con todo Rajoy le dijo que "la actuación sería la mínima posible y con la máxima delicadeza posible".

Referéndum pactado

"No entiendo ninguna acción basada en la crispación", ha expuesto Urkullu al tribunal a preguntas del abogado Francesc Homs, que representa a Josep Rull. "A partir del 4 de octubre fui presentando cuatro o cinco propuestas a los dos gobiernos", ha relatado.

"Hice planteamientos para que no se produjera la declaración unilateral de independencia ni la aplicación del artículo 155. Eran propuestas que tenían como característica que fueran declaraciones concordantes y encadenadas entre los dos gobiernos", ha detallado.

El lehendakari del gobierno vasco ha abierto la segunda sesión de testigos y última de la semana.

Por parte de Puigdemont siempre encontré mucha predisposición al diálogo

Urkullu ha explicado la receptividad de Carles Puigdemont al diálogo y como fue adaptando todas las decisiones que había de tomar tanto el día 10 como el día 27. La víspera de la declaración política Puigdemont llamó a Urkullu para explicarle que "tenía una presión por parte de Junts pel Sí y que no podía proceder al acuerdo adoptado de disolver el Parlament y convocar las elecciones aquella misma madrugada".

El lehendakari ha relatado cómo desde el verano del 2017 "busca la vía de diálogo que produjera una relación estable entre el Gobierno y la Generalitat".

Urkullu ha sido tajante con la fiscalía cuando ha respondido que se estaba negociando una consulta "legal y pactada, nunca un referéndum que no estuviera basado en el respeto al ordenamiento jurídico".

Yo el 19 de julio abogaba por la vía de la bilateralidad. Era una reflexión política que sigue siendo hoy la pertinente, que desemboque en una mayoría social constatable para hacer una consulta legal y pactada", ha dicho el lehendakari. Urkullu ha explicado que Puigdemont lo compartía y que "no quería proceder a la declaración unilateral de independencia".

La situación de bloqueo "era reconocida por parte de uno y por parte del otro", ha dicho Urkullu sobre Rajoy y Puigdemont.