La semana se ha cerrado en el Tribunal Supremo con otra retahíla de guardias civiles que actuaron el 1-O. Hoy, turno para Dosrius, Fonollosa, Sant Joan de Vilatorrada, Sant Martí Sesgueioles, Castellbisbal, Sant Esteve Sesrovires o Vilalba Sasserra. Los agentes han relatado que los votantes les dieron patadas en la espalda, un golpe de cabeza en la ceja, arañazos, puñetazos... Incluso han denunciado intentos de robo de sus pistolas e intentos de atropello. Y han vuelto a cargar contra los Mossos: "Los Mossos actuaron pasivamente cuando nos agredieron". Este jueves se ha revivido la jornada del referéndum. Pero con la policía española como único testimonio. Sólo una de las partes.

Con las cargas del 1-O en el centro de la sesión de este jueves, los vídeos que el tribunal no ha permitido reproducir se han convertido en protagonistas. Se han vuelto a vivir tensión entre el juez Manuel Marchena y los abogados. "Lo que no podemos hacer es que testifique usted", ha reñido el magistrado a Jordi Pina cuando ha insistido a un testigo en base a lo que veía a una grabación. Este veto ha impedido contrastar con la realidad el relato vasco que han hecho algunos agentes. Por ejemplo, habrían ayudado a esclarecer los hechos de Dosrius.

"No recuerdo que ningún compañero pegara o persiguiera a nadie"

El relato de este jueves ha tomado un aire innovador. Y ha reaparecido el Fairy. Hoy los agentes han explicado que sólo se defendieron y que pedían de buenas maneras que los concentrados salieran de delante de la puerta y los dejaran pasar: "Les pedíamos por favor que salieran y los teníamos que apartar. Abríamos como podíamos un pasillo para que pasara la comitiva".

"Pedí por favor que se apartaran y me dieron un puñetazo en la boca", ha relatado un agente que también intervino en Dosrius. "La gente nos empujaba", ha proseguido, y ha matizado que no todo el mundo fue al médico porque "no eran lesiones de gravedad".

"Queríamos retirar a la gente utilizando la palabra. No llevábamos defensa porque no nos esperábamos violencia", ha insistido.

"Intentaron arrancarme el arma"

Un sargento primero de la Guardia Civil, que también intervino en Dosrius, ha denunciado que incluso los votantes intentaron arrancarle su pistola, pero que no lo lograron. "Me agarró la pistola con las dos manos e intentó arrancármela", ha denunciado. Ha añadido que a otro agente que iba con él le pasó lo mismo.

El mismo agente ha llegado a decir que parecía que los votantes concentrados en el casal del municipio maresmense "parecía haber leído el manual de guerrilla urbana por Internet". Ha recordado que ha trabajado en el País Vasco en los tiempos de ETA y que nunca había visto estas "caras de odio".

"Nuestra actuación siempre estuvo por debajo de la agresividad que recibíamos"

El sargento primero ha denunciado que, a medida que se acercaban a la entrada del casal con los coches, empezaron los "insultos y amenazas", y que los votantes les intentaban dar patadas, incluso desde el suelo. Su actuación, ha defendido, "siempre estuvo por debajo de la agresividad que recibíamos". Ha dicho que los ciudadanos que estaban en primera línea "levantaban las manos para agredirnos".

A preguntas de las defensas, ha puntualizado que no vio ni policías agrediendo con porras en la parte superior del cuerpo ni dando puñetazos a votantes, aunque consta en vídeos publicados en las redes.

Contusión superficial

Otro sargento que intervino en Dosrius, en la escuela Castell, ha dicho que recibió un golpe en el dorso de la mano izquierda, que le "rompió" el protector del guante. Fue al médico para ver si tenía "alguna fisura". Le hicieron una radriografia, pero "resultó que sólo era una contusión superficial".

Ha declarado no recordar que el alcalde del municipio se personó, y aún menos que fuera golpeado. De hecho, ha dicho que no vio golpear con la defensa a ciudadanos.

Otro agente presente en aquel centro ha explicado que vio "volar una silla de madera y una botella de agua", pero que no golpearon a ningún agente. Este efectivo recibió un golpe en el antebrazo derecho, del que fue asistido al día siguiente. "Tuve molestias y dolores", ha asegurado.

Más policías que votantes

Un agente de la Guardia Civil que intervino en Fonollosa, en el Bages, ha dicho que recibió una patada cuando salían del Ayuntamiento. Ha relatado que fue al médico y que tenía inflamación y hematoma en la pierna izquierda. También ha denunciado que, al abandonar el lugar, los votantes intentaron agredir los vehículos.

A preguntas de las defensas, el policía ha admitido que "posiblemente" había más efectivos policiales que personas concentradas en el Ayuntamiento de Fonollosa.

El jefe del dispositivo de la Guardia Civil que intervino en el Instituto Quercus de Sant Joan de Vilatorrada, también en el Bages, ha explicado que les recibieron dos Mossos, que les cerraron el paso y "empezaron a "empujar" en dirección contraria. "El suboficial advierte tres veces que hagan el favor de retirarse, pero nos dicen que no estamos autorizados y nos piden mostrar la autorización", ha relatado.

"Los mossos nos dicen que no estamos autorizados y nos piden la autorización"

Por otra parte, ha denunciado que lanzaron una silla a una agente desde una distancia de cuatro metros. Le habría golpeado de cintura hacia abajo y el agente cayó al suelo, donde permaneció "20 o 30 segundos". Según el agente, la actitud seguía siendo de "crispación, gritos e insultos".

Ha explicado que "se enteró por las noticias" de que 14 ciudadanos resultaron heridos, pero que "no vio nada" que pudiera producir estas lesiones. También ha negado haber visto golpes de porra a la cabeza. Estas cargas están siendo investigados en el juzgado de Manresa.

El agente que justamente recibió el golpe de silla ha señalado que el objeto era "metálico y bastante pesado", que fue lanzada con fuerza y que cuando cayó había en el suelo los cristales de la puerta que tuvieron que romper. No recuerda haber perdido el conocimiento. Dijo que tuvo dolor cervical como consecuencia del golpe.

En la misma línea que su compañero, ha indicado que él no utilizó las defensas ni vio utilizarlas, y que "no tiene ninguna explicación" sobre los heridos. El abogado de la defensa Benet Salellas ha emplazado a la reproducción de un vídeo cuando llegue el momento de la fase documental.

Reaparece el Fairy

Un teniente de la Guardia Civil, que intervino en Sant Esteve Sesrovires, también ha denunciado un capítulo con una patrulla de los Mossos. Según ha relatado, les dijeron que no habían podido acceder al centro y que no podían ayudarles, sin darles motivos.

"Apartamos las vallas y al poco tiempo vienen dos personas y nos dicen que no nos reconocen, que somos las fuerzas de ocupación", ha explicado el teniente, que ha denunciado patadas en el casco de un votante a un policía y un intento de atropello en moto. Fue detenido.

Después ha declarado su compañero que recibió la patada. Ha relatado que, al intentar hacer que un manifestante se levantara, se resbaló, probablemente porque habían lanzado "lavavajillas" en el suelo. Y recibió el golpe en la cabeza. Tras la intervención le llevaron al Hospital General de Catalunya.

La abogada Marina Roig le ha preguntado si el suelo estaba mojado por la lluvia, pero el agente ha dicho que ese día no llovió, una afirmación que dista de la realidad.

"Golpe de muleta"

Un sargento que participó del operativo en Vilalba Sasserra explicó que sufrió una "distensión" en el hombro mientras estaban haciendo un cordón de seguridad para acceder a un centro de votación. Sin embargo, no acudió al médico hasta el 3 de octubre, según ha dicho que no le pudieron atender el 2 de octubre para que le "daban largas" en un centro público. No estuvo ningún día de baja.

Como otros guardias civiles, ha explicado que los votantes les recibieron con una actitud "bastante activa" y hostil. "Recibíamos fuerza en contra; puñetazos, patadas e incluso alguien golpeó con una muleta al casco de un agente, sin causar ninguna lesión", ha llegado a relatar.

"Incluso alguien golpeó con una muleta al casco de un agente, sin causar ninguna lesión"

El abogado Andreu Van den Eynde le ha preguntado si fue él quien en Dosrius, en una operación anterior, golpeó con el puño cerrado un ciudadano concentrado. Lo ha negado rotundamente, a pesar de que la descripción física del letrado coincidía. También ha desmentido que viera a dos agentes coger una anciana de 60 años y tirarla al suelo.

El sargento también ha insistido en que, cuando salieron del colegio, había entre 500 o 600 personas fuera. El letrado Jordi Pina le ha recordado que el municipio tiene 688 habitantes. El policía ha tenidos problemas para recordar detalles cuando han preguntado las defensas.

Uno de los agentes de la Guardia Civil que intervino en Sant Martí Sesgueioles (Anoia) ha denunciado que lo primero que se encontraron fue un bloqueo en la calle del centro de votación "con tres o cuatro tractores", lo que les obligó a aproximarse a ella a pie. Allí encontraron una "barricada de mesas y sillas" y gente gritando "fuera, fuera".

"La gente nos hablaba en un tono amenazador diciéndonos que no pasaríamos"

"La gente nos hablaba en un tono amenazador diciéndonos que no pasaríamos", ha dicho el policía, en un tono de voz nervioso. También ha subrayado que contó hasta 15 personas grabando. Como los anteriores, ha denunciado puñetazos, patadas e incluso que a algún agente le tomaron la defensa, que luego recuperó de manos del mismo votante.

El agente se ha visto obligado a admitir que pronunció la frase "metía la porra como si no hubiera mañana" y refiriéndose a los votantes como "hijos de puta", pero ha subrayado que tuvo lugar diez minutos después del operativo y que era una conversación privada. Fue grabada por su propia cámara.