El jefe de la unidad de investigación de la Guardia Civil en Catalunya, Daniel Baena, de quien se sospecha que está detrás de la cuenta de Twitter Tácito, y quien realizó los atestados sobre los cuales descansa todo el caso contra el procés en todos los juzgados, ha situado hoy el independentismo en la insurrección.

"El 20-S cuando se hicieron los registros en diferentes ámbitos de la Generalitat allí hubo un cambio. Se incrementaron las concentraciones" y ha subido el nivel de los adjetivos que hasta ahora han utilizado el resto de la Guardia Civil afirmando que a partir del 20-S hay un "clima claramente insurreccional".

De hecho, el teniente coronel sitúa el "periodo insurreccional" entre el 1-O y el 27-S. Y durante este tiempo hay 43 acosos en cuarteles de la Guardia Civil "donde hay niños".

La conflictividad máxima tiene lugar los 20-S, 1-O y 3-O, según el teniente coronel. "La situación en Catalunya era un polvorín. Aquellos días todos los policías que teníamos un mínimo de responsabilidad sabíamos que cualquier incidente pequeño podía derivar en una escalada incontrolable, y afortunadamente no fue así". "Hubo 193 cortes de carreteras y vías de tren desde la aplicación del 155", ha detallado.

La situación en Catalunya era un polvorín

Daniel Baena ha ido relatando los últimos meses antes del 1-O y ha puesto el punto álgido en el 20-S. Los registros en las dependencias de la Generalitat marcan un antes y un después, una valoración con la que también coincide el independentismo pero en el sentido contrario.

Hasta entonces la Guardia Civil "estábamos realizando una tarea de poca entidad para impedir el referéndum. Se concentraban en las puertas de nuestro cuartel", ha afirmado para explicar las diligencias policiales y las reacciones de la ciudadanía.

"Hacíamos inspecciones en almacenes para buscar cartelería y propaganda y cuando el 19 de septiembre realizamos una intervención a Unipost y detectamos todas las cartas para el electorado y las designaciones de las mesas, allí hubo un golpe duro", ha relatado. "El 20-S cuando se realizaron los registros en diferentes ámbitos de la Generalitat allí hubo un cambio. Se incrementaron las concentraciones", y ha subido el nivel de los adjetivos que hasta ahora ha utilizado el resto de la Guardia Civil afirmando que a partir del 20-S hay un "clima claramente insurreccional".

Daniel Baena ha explicado los orígenes de la investigación y los ha situado en enero del 2016 y a la Agencia Tributaria Catalana. Investigaban las estructuras de estado para el juzgado de instrucción 13 de Barcelona. Baena obedecía las instrucciones también de la fiscalía, que había abierto una investigación por malversación. Y a partir del 20-S, una vez realizado el informe que avala la denuncia por sedición de la fiscalía, se pone en manos de la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.

"Aquellas infraestructuras que se utilizaban para el desarrollo del referéndum tenían que estar neutralizadas", ha explicado el teniente coronel. A partir de julio del 2017 el juez del 13 autoriza las escuchas telefónicas, según el testigo, y es cuando van configurando la red de pescar: "Cuando se activa la línea de investigación vimos que las relaciones que mantenían y los hechos que relataban estaban relacionados con la preparación del referéndum".

La insurrección de Baena se constata, según el testigo, en las movilizaciones contra la Guardia Civil. Hasta 88 en total: 2 antes del 19 de septiembre, 82 entre el 20-S y el 27-O, y 2 durante el 155.

Bajo las órdenes de Lamela

Según Baena la denuncia después del 20-S va con los indicios del delito de sedición y se envía a la Audiencia Nacional desde donde la jueza Carmen Lamela "los comisiona porque realizamos más investigaciones". Y así empiezan las declaraciones que hace la policía.

El encargo de Lamela era que la investigación se centrara en saber "por qué, quién y cómo" se había convocado la concentración del 20-S y para satisfacer las órdenes de la jueza se realizan los análisis de los correos electrónicos de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart desde las sedes de la ANC y Òmnium Cultural más los que había en el CTTI. Todo eso autorizado por el juzgado de instrucción 13, según Baena.

Nos quedamos ciegos de corroboración

Donde chirría el relato del teniente coronel es cuando tiene que explicar la aplicación real del Enfocats sobre el cual descansa toda la investigación: "Las fechas del Enfocats no coincidían con la realidad", ha admitido. Pero "lo que si que coincidía con el Enfocats eran las movilizaciones ciudadanas", se ha apresurado a dejar claro cuando la fiscal Consuelo Madrigal le ha preguntado.

Para Daniel Baena, tanto en la agenda Moleskine como el Enfocats los investigadores "se quedaron ciegos de corroboración". Según el teniente coronel el Govern "se financiaba con acuerdos marco con la Generalitat y empresas. Eso facilitaba que toda la contratación que hacía con aquellas empresas no tuviera que estar especificada. Esta cobertura se muestra en la agenda de Jové. Fue una ratificación". "Nos quedamos ciegos de corroboración", ha afirmado contundente.

La red

Entre todo lo que ha dicho Daniel Baena hay las afirmaciones que hacen pensar que efectivamente la Guardia Civil iba avanzando con el visto bueno del jueces, pero sin órdenes concretas. La policía iba extendiendo una red para pescar el delito y las personas que lo cometían, pero no se centraron en unos hechos concretos. Tiraron la red a ver qué pescaban. Y una de las declaraciones de Baena ratifica esta tesis, que siempre han defendido algunos de los abogados: "Investigamos una serie de personas que podrían cometer una serie de delitos".

Pero a preguntas de la abogada del Estado, ha concretado que "se planteaban los objetivos y se proponían las líneas de investigación al juez y él aceptaba", "se proponían líneas de investigación sobre hechos y personas concretas" y "se proponían los registros al juez y él decidía las fechas".

También ha asegurado que el 20-S se avisó a los Mossos d'Esquadra del dispositivo a las 7.50 h tal como establece el protocolo de coordinación entre policías en Catalunya.