Mañana expresa en el Tribunal Supremo. La sesión ha durado un cuarto de hora. El primer testigo ha saltado porque está imputado y la segunda no ha podido aportar muchas novedades. Rosa Maria Sans, de la empresa impresora Artiplan, ha seguido el hilo de ayer de Unipost. Desconocía quién hizo el encargo y no hizo factura. Y sin factura ni pago es difícil probar el delito de malversación.

"Pedí que no se imprimiera nada del referéndum", ha explicado Sans a la fiscalía. La responsable de recursos humanos de Artiplan también ha admitido, sin embargo, que el orden se da una vez la Guardia Civil se persona en la empresa y que ella no sabía ni quién realizó el encargo ni que ya estaba una parte imprimido.

"El material tampoco lo voy vi. Estaba todo precintado", ha explicado Rosa Maria Sans. Sans ha explicado que el encargo llega por el departamento comercial como un "trabajo normal" y ha afirmado, y ante la insistencia de Consuelo Madrigal que ha cuantificado el trabajo en 17.200 euros, que es el presupuesto que ya dio a la Guardia Civil cuando hizo el registro.

 

El primer testigo del día no ha declarado. Oriol Gonzalez, de la empresa Buzoneo, se ha acogido a su derecho a no testificar porque está procesado por el juzgado de instrucción 13 de Barcelona. Y esta escena se irá repitiendo a partir de ahora, porque hay muchos tetigos imputados por el juez del 13 o por la Audiencia Nacional, como el mismo Josep Lluís Trapero, que está citado el jueves.

Uno de los citados mañana es Amadeu Altafaj. Está imputado por el juzgado de Instrucción 13. Vive en Bélgica. Y a pesar de mostrar la voluntad de comparecer, ya ha expresado que no declarará. Y para organizar la sesión del miércoles, su abogada le ha planteado la situación a Manuel Marchena, que no ha resuelto absolutamente nada.