La tarde en el Supremo ha sido extraña. La comparecencia de una experta internacional, Helena Katt, que ha admitido haber trabajado -y cobrado- para el Diplocat pero que ha negado de manera tajante que hubiera actuado como observadora electoral el 1-O, ha adquirido ciertos toques surrealistas durante el interrogatorio de la fiscalía a través de una intérprete, pero ha hecho saltar chispas en el turno de las defensas.

El abogado Benet Salellas ha preguntado a la experta internacional si habían reportado en su informe violación de derechos humanos el 1-O, lo cual ha provocado el corte inmediato del presidente de la sala, Manuel Marchena. "La valoración o no valoración sobre vulneración de derechos humanos corresponde a la sala. No existe el peritaje de ciencia política, no existe el peritaje sobre derechos humanos", ha argumentado para señalar la no pertinencia de la intervención.

Salellas ha insistido en que los derechos humanos son una cuestión central, por lo cual ha reiterado el intento, cambiando el planteamiento de la pregunta y centrándola en la actitud de los cuerpos policiales. "La actitud de las fuerzas de seguridad del Estado está siendo objeto de prueba desde que empezó el juicio", ha insistido Marchena para desestimar también este enfoque, en una negativa que Salellas ha optado por denunciar por la noche en las puertas del Supremo.

La sesión ha continuado con el cabo primero de la Guardia Civil Z33876W que actuó en Sabadell en la detención de un asesor de Meritxell Borràs en la conselleria de Governació, Joan Ignasi Sánchez. El agente ha expuesto de nuevo una situación de violencia provocada por "una masa que iba creciendo" para impedir la operación, de intentos de agredirlo, de mossos engullidos por la masa, de una muralla de gente sentada y de gritos de no pasarán. "Si le explico cómo salí...", ha relatado el Guardia Civil al fiscal que lo instaba "explique, explique, por eso es aquí".

También en este punto el abogado Jordi Pina ha provocado la respuesta de Marchena ante la insistencia en dejar claro en el interrogatorio que, de nuevo, el no lo pasarán a que tanto se ha referido el testigo no figuraba en el atestado que redactó. No obstante, el que ha recibido el chaparrón de la tarde ha sido el también abogado de Cuixart, Alex Solá. El letrado ha señalado que querría que constara que justo en aquel punto del interrogatorio habría querido que se visionaran los vídeos de aquel registro en Sabadell. Pero Marchena no lo ha permitido ni acabar el argumento. Ha saltado sobre su exposición para recordar la decisión del tribunal de no visionar imágenes hasta que llegue la fase documental.

"Toda reiteración es cara a la galería. Ya se verán los vídeos", ha reprochado en una acusación que, por si no había quedado clara, ha vuelto a repetidir después de su exposición: "Por favor no reiteremos de manera insistente argumentos que no están dirigidos al tribunal sino de cara a la galería".

Desalojan o desalojamos!

La tensión ha llegado a un punto que ha contagiado a uno de los policías que en el momento en que se ha hecho el receso y ante el intento de algunas personas del público de saludar a los presos, el acceso a los cuales está vetado desde el lunes, ha increpado a los presentes con uno "o desalojan o desalojamos!" mientras presionaba para agilizar la salida.

Un cuarto de hora más tarde se ha reanudado la sesión, a pesar del retraso provocado por la ausencia de las representantes de la abogacía del Estado que han tenido que ser requeridas. Este último tramo se ha dedicado totalmente a la declaración de dos Mossos d'Esquadra. Han sido los primeros en comparecer en esta causa del Supremo y el tribunal ha comunicado que tampoco se haría pública su imagen, lo cual ha provocado protestas desde las defensas y ha sido aceptado sin problema por las acusaciones.

Se trata de dos Mossos presentes también en la operación de Sabadell. Los dos han admitido que se produjeron momentos de tensión y de violencia, el agente 2038 ha explicado que era un sector de los concentrados los que mostraban la actitud agresiva, que no cree que nadie los dirigiera y que no intentaron entrar en el portal donde se hacía el registro; mientras que el subinspector 3719 ha considerado que sí podía haber alguien que los dirigiera y ha explicado las lesiones que se produjeron y por las cuales fueron atendidos cinco de los agentes. A preguntas de Pina ha admitido que su lesión en el dedo pequeño se había producido empujando a la gente.

Finalmente se ha levantado la sesión, y de nuevo se ha cerrado el paso del público a los presos. Ni siquiera la petición de Jordi Cuixart de poder saludar a un grupo de personas que hoy han estado todo el día en la sala para verlo después de viajar expresamente desde Vic y Londres ha servido para que se le permitiera recorrer el metro escaso que los separaba.