Hoy era día para interpretar y/o cuestionar y ninguna portada lo hace, salvo El Mundo. El resto se limita a exponer neutralmente las conclusiones de la fiscalía (golpe de estado, violencia, organización criminal, etcétera). Ni uno solo deja caer una palabra fuera de la línea fría. Los fiscales han dicho esto, han dicho aquello. Punto. Curioso. Cada día interpretaciones y hoy sólo presentan los hechos secos.

Se percibe en las portadas poco temple, un aire de trabajo a medias. No sabían qué hacer con el informe de los fiscales y se lo han sacado de encima sin pensárselo mucho y mañana será otro día. Quizás les paraliza o desconcierta la indignación o el pasmo ante la magnitud de la cosa. El Periódico, por ejemplo, opone fiscalía y Estado en el titular, porque... ¿por qué? ¿Es que son cosas diferentes? ¿La fiscalía no es Estado? Claro que lo saben y que tienen maña para titular, pero ayer, por lo que sea, salió así, torpe y sin chispa.

Sólo La Razón y El Punt Avui alargan sus titulares a toda plana. En los otros no se ve señal gráfica alguna que indique una valoración de lo que pasó ayer en el Supremo. Es un día más en la oficina. La Vanguardia lo da a cuatro columnas, como casi siempre cualquier cosa. Ara engorda un pelín la tipografía. En El País va a dos columnas, el mínimo que se vende en primera página. ABC hace su póster habitual.

El golpe de estado va barato

Quizás quieren decirnos que ayer fue un día como otro cualquiera. Esto puede llegar a entenderse, pues, si hacemos caso a los fiscales, el golpe de estado, la violencia y la organización criminal, etcétera, se han puesto al alcance de cualquiera. Representa que puedes decir al vecino del bar: sujétame un momento la copa que voy a montar una organización criminal, doy un golpe de estado —con violencia, claro— y vuelvo enseguida. Si una rebelión es eso, ¿qué cosa tiene de especial? ¿Por qué los diarios deberían agravar su tratamiento en portada? Es un punto.

Sería injusto no reconocer que El País levanta el dedito remarcando que es "la primera vez" que la fiscalía habla de golpe de estado. El mismo diario ha abonado esta idea en editoriales y columnas —son los principales propagandistas de la teoría del "golpe de estado posmoderno", que no precisa violencia ni levantamiento. Por el histórico del diario y el aire del titular no se sabe si lo destacan en el sentido de que ya era hora de que los fiscales lo vieran como ellos o si, por el contrario, se extrañan de que lo digan ahora, al final del juicio, a toro pasado.

Se lo miran de lejos

El Mundo afirma que los fiscales probaron ayer la rebelión y que la abogada del Estado la ignoró. Un ejemplo de "prueba" es esta frase del fiscal Fidel Cadena: "El hecho de que los agentes tuvieron que emplear la fuerza el 1-O demuestra que los manifestantes emplearon fuerza y violencia en sentido contrarío. Si no lo hubiesen hecho, los agentes no habrían tenido que esforzarse para entrar en los centros". Es decir, que aunque no se haya visto ni comprobado fehacientemente acción de fuerza ni de violencia entre los concentrados en los colegios electorales, debió haberla porque si no ¿qué hacía la policía zurrando a aquella gente? Es un razonamiento parecido a "mi marido no me pegaría si no fuera por mi bien". Los cuatro fiscales presentaron decenas de "pruebas" así, que no prueban más que su imaginación para desfigurar la realidad. A El Mundo no le importa mentir, porque tiene claro cuál es su juego: aprovechar para darle una bofetada a Pedro Sánchez en la cara de la abogada del Estado.

¿Y el resto? Se diría que a unos ya les va bien la imaginación extrema de la fiscalía. Al fin y al cabo, es el relato que ellos han contribuido a fabricar y difundir desde el periodismo de Estado. Otros parece que se esconden tras una fría objetividad para no complicarse la vida. Como quién se lo mira desde lejos.

LV

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EPC

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