Quizás es por el cansancio de todo el mundo o por la complicación de aportar pruebas periciales que puedan demostrar un delito de rebelión y malversación, pero lo cierto es que hoy, entre peritos fugaces que a duras penas se han sentado en la silla, un testigo experto al que finalmente la fiscalía ha renunciado ante las reiteradas protestas de las defensas y la filóloga analizando las frases de las traducciones de los atestados, el tramo final del juicio está siendo de chiste.

Sólo ha faltado el corte de luz en el Tribunal Supremo que ha dejado fuera de juego a todos los periodistas, pues se ha cortado también la señal institucional para seguir la vista.

Los médicos de la pericial, para demostrar que "una agresión no necesariamente está provocada por una agresión". También han dicho que voluntariamente nadie se puede lesionar los testículos.

La filóloga ha dejado claro que se tradujeron mal las frases de Joaquim Forn en los escritos internos para los Mossos: "La traducción de esta frase tendría que haber conservado el valor de futuro que tenía en catalán". La frase era "l'1 d'octubre s'ha de celebrar el referèndum" ("se va a celebrar el referéndum") y se interpretó como una orden de que se tenía que celebrar el referéndum.

"La relación que hizo la Guardia Civil entre Òmnium y la Generalitat no se sustenta", han dicho los últimos peritos que han desvinculado cualquier relación a partir de las IP de las webs.