A Ciudadanos, más específicamente a Albert Rivera, le ha tocado recibir. El pucherazo en las primarias del partido en Castilla-León para favorecer a su fichaje estrella, una exalto cargo del PP, le pasa factura en las portadas de la derecha mediática más pepera —La Razón, ninguna sorpresa, pero también ABC—, que enseñan hoy más que la patita sobre sus preferencias entre las formaciones del tridente andaluz. Ya se ve que a Rivera no perdonarán ni una. El resto de la prensa se hace eco de la cosa, también los que tienen más tirada a proteger a Cs: La Vanguardia, El País y, en menor medida, El Mundo. Los tres se las ingenian con maña para no hacer daño.
La Vanguardia vuelve a mostrar su animadversión al president Puigdemont y a su entorno forzando las declaraciones de los mandos de los Mossos que desfilaron ayer por el túnel del tren de la bruja del Supremo. Se han sacado del sombrero este titular acusatorio, porque todo parece más sencillo. A ver, si Puigdemont había desobedecido media docena de avisos del Tribunal Constitucional, so far, ¿a quién sorprende que hiciera lo mismo con los mandos de los Mossos?
El de los Godó es el único diario que se lo toma tan a pecho. Para mal, pues acaba por reforzar lo que destacan Ara y El Punt Avui: la independencia de criterio de los Mossos, su autonomía respecto a cualquier directriz política, que contradice uno de los relatos fabricados por el instructor Llarena que la fiscalía y la abogacía del Estado intentan demostrar —sin mucho éxito hasta ahora.
Los diarios de Madrid y El Periódico no paran mientes a la sesión de ayer del juicio al procés porque, tal como han hecho hasta ahora, hay que sostener el relato de que los Mossos son una policía rebelde y sediciosa, etcétera, y las declaraciones de ayer no lo favorecían en nada. Ni siquiera han hecho el esfuerzo de valorar que del mandato de la jueza De Armas —impedir el referéndum manteniendo la convivencia ciudadana— la policía catalana dio preferencia A la segunda parte (la de mantener), mientras los cuerpos de seguridad españoles escogieron la primera (la de impedir).
El País prefiere cubrir a Cs con la capa de la crisis argelina, que —todo el mundo lo sabe— es mucho más decisiva, clave y determinante para España que los trapicheos de Cs. Además, un "diario global" no duda si debe escoger entre Buteflika y Rivera. Pucherazo por pucherazo, siempre mejor el argelino. Acabáramos. En periodo preelectoral en España, Argelia es un tema que importa a la gente muy por encima de la fea escena de Castilla-León. En fin. Es todo muy extraño.
La portada que más cuesta descifrar es la de El Mundo, que viene con una simpática fotografía de Zidane coronado. La interpretación que parece más verosímil es que le dan una patada a Sánchez en el culo de Junqueras mientras señalan a Puigdemont, como en aquellas escenas de película cómica de los años 1920. La idea sería pasar el mensaje de que votar al PSOE equivale, en el fondo, a votar a ERC, qué horror. Es sólo una hipótesis, aunque encaje con uno de los tópicos que todavía maneja la derecha mediática madrileña de cara al 28-A.
