La filtración del más que probable nombramiento de Manuel Marchena como a presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, dejando la ponencia del juicio para el 1 de octubre, abre un nuevo escenario para los presos políticos y el resto de procesados que esperaban que se cumplieran los pronósticos para celebrar el juicio el mes de enero.

Aunque nunca se ha confirmado de manera oficial la fecha, esta era la previsión tanto de los abogados como del mismo Supremo que admite que todo iba hacia esta dirección, pero fuentes del alto tribunal dicen ahora que "un proceso está vivo y más, este".

¿Qué es lo que hace pensar que el inicio del juicio se pueda retrasar?

Por una parte el mismo procedimiento para escoger al nuevo presidente de la sala y ponente para el juicio, que no se puede hacer hasta que Marchena haya dejado su plaza vacante.

Y de la otra, los trámites que todavía faltan para cerrar en el proceso antes de empezar el juicio por el 1-O y que sin responsable de sala, es difícil de salir adelante.

Escoger nuevo presidente de Sala

Para escoger al nuevo presidente de la Sala Segunda que asumirá, además, la ponencia para el juicio contra el referéndum, primero hace falta que la filtración sobre Marchena sea una realidad.

El 12 de noviembre se hizo público que PP y PSOE habían cerrado definitivamente la renovación del poder judicial y pactaban que Manuel Marchena presidiera el poder judicial a cambio de garantizar una mayoría progresista en el CGPJ.

Pero el mecanismo que tiene que votar y escoger al nuevo presidente no se ha conformado todavía. Tiene que estar formado por los 20 vocales que votan al presidente.

Primero se tienen que escoger estos 20 vocales. 12 son jueces y magistrados, de los cuales el Congreso de los Diputados propone seis y el Senado los otros seis, en los dos casos por mayoría de tres quintas partes de sus miembros. Los otros 8 son abogados u otros juristas, de los cuales el Congreso escoge en 4 y el Senado los otros 4. Este proceso todavía no ha empezado.

Una vez escogidos los vocales, se tiene que convocar la sesión constitutiva del Consejo General del Poder Judicial, que será presidida por el Vocal de más edad. Aquí está donde se presentan y se hacen públicas las diferentes candidaturas. Cada vocal puede proponer sólo un nombre.

Este trámite, sin embargo, parece que será eso, un trámite, porque si Sánchez y Casado han pactado ya quién presidirá el organismo, los vocales tendrán que hacer una mera escenificación proponiendo y votante a quien los políticos ya han decidido poner en dedo.

Después de esta sesión del CGPJ, hay hasta una semana de tiempo por volver a convocar todos los vocales para votar a los candidatos. Será presidente del CGPJ y presidente del Tribunal Supremo quien obtenga la mayoría de tres quintas partes de los miembros del pleno. Si en la primera votación ninguno de los candidatos acaba elegido se tendrá que hacer una segunda votación entre los dos candidatos más votados en la primera. Una situación bastante improbable cuando ya llega todo ligado y bien ligado.

Por último el nuevo presidente del Tribunal Supremo tendrá que ser nombrado para|por el Rey y después habrá de tomar posesión en un pleno del alto tribunal.

Fuentes del Supremo prevén que todo este proceso se alargue prácticamente un mes.

Los preparativos para el juicio

Y mientras todo eso no pase no se podrá empezar los trámites para nombrar al nuevo presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que tendrá que juzgar el proceso.

Una vez Marchena deje la vacante se tiene que convocar la plaza. La ley dice que lo tiene que ocupar el magistrado de más antigüedad. En este caso Andrés Martínez Arrieta.

Fuentes del Supremo explican que será el presidente de la Sala segunda y que asumirá como ponente el juicio para el 1-O, tal como hacía Marchena.

De momento ni hay fecha para el juicio ni están todos los trámites acabados. El Tribunal Supremo no dio nunca una fecha, pero siempre se ha especulado, y el alto tribunal no lo ha desmentido, que la vista podría empezar en enero, después de las fiestas de Navidad.

Ahora esta previsión se tambalea. Y las mismas fuentes del Supremo se inclinan a pensar que el inicio del juicio se alargará más del previsto. Agravando la situación de los presos políticos que prácticamente llegarán, a algunos de ellos, al año y medio de prisión.

Ahora mismo las partes todavía están justificando a los testigos que han pedido. La sala tiene que resolver esta cuestión cuando tenga todos los informes. El viernes llegó el de la fiscalía y no quiso dar mucho detalles del porqué pedía 256 testigos, aunque los magistrados habían pedido la justificación de cada uno de ellos en un intento de reducir el número de testificales.

Una vez haya pasado este plazo la sala tiene que dar cinco días a los abogados para presentar sus escritos de defensa. Está previsto que los letrados, pidan más margen de tiempo, como también han hecho los abogados que llevan el caso de la cúpula. Por lo tanto la presentación de los escritos pidiendo la absolución de los procesados podría tardar 20 días más.

Y después todavía hace falta hacer el guion de todo el juicio, que todo apunta que podría ser del lunes al jueves con sesiones de mañana y tarde, y poner, ya sí, la fecha definitiva. Demasiado justo para empezar en enero.