El juez Ramiro García de Dios, ahora retirado, pero con 30 años de servicio a sus espaldas, ha cuestionado en el programa FAQS de TV3 la respuesta a las protestas de la sentencia, tanto por parte de las fuerzas policiales como de la judicatura. Ha sido muy crítico con la policía (heredera de la dictadura) y con los jueces que no defienden los derechos de los ciudadanos atacados por los cuerpos de seguridad. Ha llegado a declarar que no descarta que la policía manipule pruebas para condenar a los detenidos en los disturbios. Y afirma que estas manipulaciones suelen "colar" si el juez no tiene "una sana y prudente desconfianza hacia el aparato policial".

García de Dios ha cuestionado mucho, desde siempre, el trabajo de las unidades antidisturbios en el Estado español (se le conocía como el azote de la policía por sus instrucciones contra los cuerpos policiales). Ha afirmado que estos días a través de la televisión ha visto cómo la policía cometía delitos: no solo de lesiones, sino también delitos contra la integridad moral de las personas, al querer humillar a los detenidos y otros manifestantes.

Pero García de Dios lo que tiene claro es que el ministro del Interior Grande-Marlaska, con quien coincidió en el País Vasco, no asumirá funciones de control de la policía. Afirma que a pesar de ser juez tiene "una mentalidad policial" y que es antigarantista y autoritario.

García de Dios ha acusado a Marlaska de "intensa miseria moral e intelectual" por comparar la situación catalana con la del País Vasco en los años duros de ETA.

Ramiro García de Dios apunta que uno de los problemas en este ámbito se encuentra en la composición de la judicatura, donde hay una mayoría conservadora, una minoría progresista, pero también una minoría "neofascista o autoritaria", y ha puesto como ejemplo de esta al presidente del Tribunal Supremo de Castilla y León. Y apunta que el aparato judicial penal tiene una "relación promiscua" con el subsistema policial.

Este juez retirado también ha discrepado con las penas de prisión que han impuesto a los manifestantes algunos de sus excolegas y ha asegurado que la prisión provisional se está utilizando, incorrectamente, "como escarmiento" y para "provocar desánimo". Y ha explicado que la prisión "es muy dura" aunque las penas sean cortas: lo sabe muy bien porque pasó un mes en la prisión durante el franquismo.

Ramiro García de Dios ha afirmado que con el aparato ultrarepresivo que tiene el Estado, está encantado con las protestas violentas, que sabe combatir, pero que en cambio no sabe cómo enfrentarse a protestas masivas pacíficas continuadas.