"Había mucha gente. Había expectación para votar y para ver votar a Carles Puigdemont". El alcalde de Sant Julià de Ramis, Marc Puigtió, ha explicado cómo la Guardia Civil entró "como un ejército" y destrozó la escuela y "golpeó a los vecinos que se encontraban delante de la puerta".

"Yo como alcalde tenía que recibir al presidente Puigdemont, estaba en un lado de la plaza y lo vi todo", ha dicho. Y aquí ha empezado todo el detalle de golpes y empujones.

La línea 1 hizo una barrera y la línea 2 golpeó directamente a los vecinos. "Los tiraban al suelo y les daban patadas. Había muchos golpes bajos", ha dicho, y ha argumentado que había muchos móviles grabando desde arriba y por eso la policía golpeaba por debajo.

Lo que hizo la Guardia Civil es ir directamente contra los vecinos que no hicieron nada. Solo fueron a votar

También ha explicado la entrada: "Golpearon la puerta con un mazo y había abierta una puerta del lado". "Tiraron al suelo una pared que había para limitar la zona y entraron por una puerta que ya estaba abierta y que utilizaban los medios de comunicación". Puigtió ha relatado que se llevaron todo el material incluidos los ordenadores portátiles de los vecinos.

Puigtió también ha querido remarcar que la Guardia Civil dejó los coches completamente abiertos ante la multitud. "Había más guardia civiles que vecinos a la hora de votar", ha explicado cuantificando en 300 agentes el despliegue policial. Puigtió también ha explicado cómo llegó un helicóptero y bajó muy cerca de la gente.

Para mí la democracia y que mis vecinos puedan votar no lo veo ilegal

"Pedí a todos mis vecinos que fueran a votar", ha dicho sonriente a preguntas de la abogada del estado, "porque tras lo que habiamos vivido en Sant Julià de Ramis los pueblos cogieron miedo".

También ha negado a preguntas de la fiscalía y sonriendo recibir ningún llamamiento para defender los colegios.

En Sant Julià de Ramis no se pudo votar. Puigdemont no llegó nunca. Despistó a la policía y acabó votando en Cornellà de Terri.