Doce años después, el eslogan electoral Hechos, no palabras todavía hace fortuna. Su protagonista, José Montilla, ha aparcado su habitual discreción para pronunciarse, en un largo y elaborado discurso, sobre el actual momento político. Él, que ya en el año 2007 —todavía en la era preprocés— fue el primero en advertir del riesgo de desafección de los catalanes con España como consecuencia del "maltrato inversor del Estado", ha actualizado esa idea. Asegura que ahora hablaría de "frustración". 

Asimismo, ha recuperado ese concepto para enfocarlo hacia las instituciones catalanas. "No nos podemos permitirnos el lujo de consolidar el sentimiento de desafección hacia el autogobierno", ha advertido el expresident. Sin mencionar directamente al president Torra, le ha acusado de exceso de gesticulación y propaganda y de debilitar el autogobierno. "Cuando se niega la utilidad del autogobierno, éste se debilita y es percibido como prescindible".

Montilla, que sabe bien qué es entenderse —y discutirse— con Esquerra Republicana, ha querido "reconocer" el esfuerzo "de Pedro Sánchez y Oriol Junqueras" por pactar contra viento y marea. "Ambos han asumido riesgos muy notables con la voluntad de encontrar salidas al laberinto". Eso sí, preguntado directamente sobre si ve viable la articulación de un nuevo tripartito, a pesar de no descartarlo, ha enfriado expectativas. "El país ha cambiado, y la correlación de fuerzas también", ha reflexionado, y "hay que tenerlo presente al pretender copiar miméticamente soluciones del pasado". Para ejemplarizarlo, ha recordado que durante su mandato, "el programa pactado con ERC e ICV no hablaba, no ya de la independencia, sino que no se hablaba ni de la consulta". Y ha concluido que "las coincidencias entre las formaciones políticas que formaron aquel gobierno, ya no son tan coincidentes".

Desde la perspectiva y la libertad que le da el hecho de no ostentar ningún cargo público, más allá del de 128.º president de la Generalitat, Montilla no ha dudado en exigir a "la política estatal" que comprenda "que el procés expresa un malestar basado en la existencia de problemas reales" y a "actuar en consecuencia". Concretamente ha pedido que se aplique "una agenda catalana".

En este sentido, ha celebrado que PSOE, Podemos y ERC "hayan iniciado el camino del desbloqueo". Por eso, ha llamado a "hacer lo imposible para proteger el acuerdo de las turbulencias judiciales que vendrán" y "de los embates de la derecha". También ha advertido que no hay que ser esclavos de las expectativas y que "la mesa no traerá una solución milagrosa ni rápida". Montilla ha recomendado actuar con "cintura política" y tener claro que "la mesa puede ir llegando a acuerdos, pero que si todo se limita a la solución en mayúsculas, hay riesgo de que se paralice".

En el momento de máxima tensión entre la Generalitat y el Estado, Montilla optó —como senador— por ausentarse de la votación del 155, al que dieron apoyo sus compñeros del PSOE. Con todo, sobre el suplicatorio de Carles Puigdemont y Toni Comín en el Parlamento Europeo, ha afirmado que él ha "votado a favor de suplicatorios que afectaban a compañeros socialistas", porque "la inmunidad no es un privilegio".