El ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ha decidido "salir del paso" y excusarse por haber tumbado el nombre y las siglas del Partit Demòcrata Català (PDC) bajo el argumento de que no lo hizo con "intencionalidad política", sino por la existencia de Demòcrates de Catalunya.

"A raíz de las desafortunadas e injustas declaraciones de Artur Mas", Jorge Fernández ha cargado contra el expresident del Govern en un artículo en La Vanguardia porque –considera– "intentan lanzar una injustificada sospecha sobre un órgano administrativo que, desde su creación en 1978, ha quedado al margen de todo debate político por su absoluto rigor jurídico y su plena sumisión a la legalidad".

Pero el verdadero motivo podría encontrarse en que este es un partido que defiende la independencia de Catalunya. "Para el disgusto del señor Mas, la manifestación y objetivo que Catalunya se organice políticamente como un Estado independiente" es un tema que no puede estar previsto en los estatutos de la nueva formación porque, aunque no sea competencia del registro juzgarlo, "se apreció conveniente recordar que el artículo 6 de la ley de Partidos Políticos prescribe que 'los partidos políticos se ajustarán en su organización, funcionamiento y actividad a los principios democráticos y a lo que se dispone en la Constitución y las leyes'".

Juzgar

Defendiendo el registro de los partidos políticos, el ministro en funciones justifica la sentencia de Interior recordando que "la inscripción a este registro es un requisito constitutivo para la creación de los partidos" y que "de ninguna manera corresponde al registro enjuiciar el ideario, objetivos o intenciones de la formación política que demanda su inscripción, cuestión que está regida por la ley de Partidos Políticos".

No les corresponde enjuiciarlo, pero, de momento, ya lo habrían hecho apelando a los estatutos del PDC. "No se busquen pretextos políticos para lo que ha sido una manifiestamente mejorable tramitación en un procedimiento jurídico de la inscripción de un partido político", pide Jorge Fernández.

Defectos formales

La cosa radica en el hecho que "si el registro aprecia defectos formales", el plazo de 20 días hábiles que marca la ley se suspende. Y así ha sido. Por una parte, la solicitud "omitía la preceptiva aportación de los estatutos de la nueva entidad", pero, de la otra, "planteaba una denominación muy similar a la de otro partido anteriormente registrado".

Está en este punto donde el ministro en funciones pone especial énfasis. "Esta y no otra fue la objeción que el registro trasladó a los promotores del PDC: la inscripción casi un año antes de un partido denominado Demòcrates de Catalunya, con cuya denominación se apreció una evidente similitud", subraya Jorge Fernández, al mismo tiempo que aprovecha para recordar que los mismos Demòcrates también vieron esta similitud.