El conseller Jordi Turull ha explicado en declaraciones a El Nacional, que en el séptimo día de huelga de hambre hoy se ha levantado más débil de lo que acostumbraba a sentirse. "Hoy sí que cuando me he levantado me he sentido más débil de lo que es habitual. Hoy nos han comunicado que cada día a las 9 de la mañana nos mirarán la tensión arterial, el azúcar, el oxígeno y el peso. Y hoy ya me lo han hecho. Todo bien y todo en orden", ha indicado.

Turull, que ha alabado la atención que presta el servicio médico de la prisión y la enfermería, ha explicado que sigue activo y se ha apuntado a la actividad que prepara el centro penitenciario de Lledoners para recoger dinero para la Marató navideña de TV3. "Es una carrera solidaria en la que obviamente no podré participar, y con una inscripción a partir de 2,5 euros", ha dicho. Insiste en que en la cárcel existe mucha más humanidad entre la mayoría de reclusos de lo que uno puede pensar desde fuera.

Carta Turull 1

El conseller ha detallado que hoy ha escrito "tantas cartas como ha podido", pero que tiene la cabeza pensando "en el locutorio de mañana a las 11 de la mañana y sobre todo en el vis a vis del domingo con mi mujer y mis hijas".

También ha hecho referencia a la llegada definitiva del invierno, con la bajada de temperaturas, que ha alcanzado a los presos. "El frío, con tanta humedad, empieza a apretar fuerte. Hay momentos en que tienes más frío que hambre, si no vas bien abrigado. Los presos bromean y dicen que no estamos en Manresa, estamos en Manrusia", dice.

Turull ha explicado que sigue en el "destino" del comedor, donde recoge los platos, y que se ha incorporado a esta ocupación un chico chino, que no habla ningún idioma conocido, ni siquiera inglés. "Los compañeros del destino bromean diciéndome que es periquito", dice con buen humor recordando a su equipo querido, el Espanyol.

Carta Turull 2

Burlas e ironías

El conseller no ha esquivado hablar de los políticos y opinadores que hacen burla de la huelga de hambre, en un intento de desprestigiarla.

"Ya nos advirtieron que habría gente que se burlaría de nuestra huelga de hambre. Éramos conscientes de ello. Debo decir que ni me han sorprendido algunos comentarios ni mucho menos quiénes los hacen. Es aquel perfil de personas que, incapaces de flotar por lo que ellos hacen, lo tienen que conseguir a base de criticar sin escrúpulos lo que hacen los otros, desde la confortabilidad del sofá entre gin-tonic y gin-tonic", ha dicho.