Sin duda, la parte más ácida de la intervención de Turull ha ido dedicada a Ciudadanos, que así como con Junqueras han hecho acto de presencia, una vez aprovechados los cinco minutos para interrogarlo, se han marchado, plantándolo a él y al resto de comparecientes a los que han mencionado.

"Son unos maleducados y unos cobardes! En la cárcel hay mucha más humanidad –ha sentenciado–, delante de las cámaras son muy valientes". Con más de 700 días de prisión en las espaldas, ha invitado a Lorena Roldán a visitarle algún día, y a hablarle "en la cara de los privilegios en la prisión". "Los que estamos en la cárcel solo querríamos un privilegio, que cuando una hija necesita a su padre pueda hablar", ha afirmado. Pero no se ha quedado aquí. Y ha insistido en que "lo único que saben hacer aparte de difamar es que cuando hay una propuesta de sus oponentes políticos, correr a las faldas de las togas judiciales para frenarla".

Turull ha acabado su mención especial a Ciudadanos comparándolos con una serie antigua que ha vuelto a ver en la prisión, La casa de la pradera. Ha explicado que el partido naranja le recuerda a uno de los personajes, que "a pesar de tenerlo todo de cara siempre vierte amargura por todas partes". Y ha recordado una frase que repite al mencionado personaje, "gritaré y gritaré hasta enfermar", aplicable según él a la actitud de Roldán y compañía.