Justo cuando el secretario general de Junts per Catalunya (JxCat), Jordi Sànchez (Barcelona, 1964), mantenía esta entrevista con ElNacional.cat desde la prisión de Lledoners recibió la noticia que se les volvía a conceder el tercer grado. Un tercer grado esperado, admite, desde que las Juntas de Tratamiento lo habían propuesto. Ello permitirá a los presos políticos participar en la campaña electoral para los comicios al Parlament del 14 de febrero, otra incógnita que ha quedado aclarada este viernes por la decisión del Tribunal Superior de Justícia. Sànchez asegura que Laura Borràs garantiza un nuevo liderazgo en el Govern, y ante la operación Illa advierte que "no es lo mismo un Govern con independentistas que un Govern independentista".

¿Qué representa para ustedes el tercer grado?
El tercer grado significa seguir cumpliendo condena. Y este es un elemento importante. La condena también la cumpliremos, no es que se nos dé la libertad, la cumpliremos con unas medidas diferentes. Estaremos obligados a volver a dormir en prisión de martes a jueves y durante el día estaremos desarrollando las tareas que nos hemos comprometido a hacer, de las cuales la prisión hace el seguimiento que corresponda.

La última vez les tumbaron rápidamente el tercer grado. ¿Cuánto tiempo cree que les durará esta vez?
No lo sabemos. Estoy convencido que el tercer grado en nuestro caso es una medida razonable, ajustada a normativa y a derecho y leyendo la decisión del Tribunal Supremo que se hizo pública a principios de diciembre era muy evidente que la decisión de quitarnos el tercer grado era exclusivamente política y vengativa. Utilizaba un concepto indeterminado, que era que el tercer grado era prematuro cuando ni el reglamento ni la ley penitenciaria contempla esta dimensión para denegarlo.

El Supremo intenta convertir el cumplimiento de nuestra condena en una segunda condena

¿Piensan que tendrá más recorrido esta vez su tercer grado?
No lo sabemos, en cualquier caso, esperamos y exigimos que tanto la Fiscalía como el juzgado de vigilancia penitenciaria como el Tribunal Supremo escuchen y respeten a los profesionales de la prisión y no conviertan el cumplimiento de condena en una segunda condena, como el Tribunal Supremo está intentando hacer con nosotros. La condena ya fue dictada, no puede ser que el tratamiento penitenciario sea utilizado como una segunda herramienta de represión contra nosotros. Como muchos otros internos en Catalunya, tenemos derecho a poder ejercer el uso del tercer grado.

El Gobierno utiliza el indulto como un instrumento de negociación política -no con JxCat- con clave electoral

Está también pendiente el procedimiento del indulto. ¿Tienen alguna noticia al respecto?
No. Yo mantengo que el indulto no es la solución. Sin embargo, más allá de si lo hemos pedido o no, lo que es escandaloso es la utilización que se está haciendo de la tramitación del indulto desde el Tribunal Supremo, reteniendo todos los trámites y guardándolos en un cajón, para retrasar cualquier posibilidad de aplicación de esta medida. También sorprende mucho que la Abogacía del Estado, que depende directamente del Gobierno, todavía no haya emitido su informe. Por lo tanto, también nos está indicando que el Gobierno utiliza el indulto como un instrumento de negociación política -en todo caso no con JxCat- y con una mirada siempre puesta con clave electoral. El Gobierno se ha llenado la boca de declaraciones que no se han llegado nunca a concretar. Han gesticulado pero no han materializado nada.

Por el camino también ha salido la sentencia de Bélgica sobre Lluís Puig diciendo que Supremo no era el tribunal al que le correspondía juzgar este caso...
Efectivamente. Es inequívoca, coge el principal argumento que esgrimían nuestras defensas para pedir la suspensión del juicio y la nulidad de todo el procedimiento y lo han elevado a la categoría de resolución judicial. Y este argumento es que el Supremo no era el órgano competente para juzgarnos a personas que no éramos aforadas. Por lo tanto este juicio no ha cumplido con un elemento básico que es que las personas que tenemos que hacer frente a una causa judicial lo hacemos con un tribunal que nos corresponda de acuerdo con la propia legislación. Hemos tenido un tribunal de excepción, que no era lo que nos correspondía y ya no lo dicen sólo nuestras defensas sino que lo dice un tribunal europeo.

¿A la amnistía, qué posibilidades le ve?
Si miramos la aritmética en el Congreso de diputados y escuchamos lo que han dicho las formaciones mayoritarias, PSOE y PP, la amnistía tiene posibilidades escasas, pero no por eso podemos renunciar a plantear los objetivos. Lo que sabemos seguro es que si no mantenemos la amnistía como una bandera encima de la mesa, no la ganaremos nunca. No hay medida mejor que la amnistía para permitir un nuevo escenario de relaciones políticas entre Catalunya y España que permita encarar una negociación, no un diálogo solo. El diálogo es una condición necesaria pero no suficiente; la negociación es la condición suficiente para resolver el conflicto. Sin una amnistía no llegaremos a ningún sitio. Tiene que permitir realmente hacer un punto y aparte de todos los excesos judiciales y policiales que se han cometido desde el 2014, desde el 9-N. Esto no lo resuelve una reforma del Código Penal, ni los indultos, solo la amnistía.

El diálogo es una condición necesaria pero no suficiente, hace falta negociación. Sin una amnistía no llegaremos a ningún sitio

¿El clima preelectoral se ha notado entre los presos políticos de Lledoners?
No. No se ha notado más allá de las ironías que nos hacemos los unos a los otros, que son inevitables. Ya hace mucho tiempo que sabemos que el debate político es imprescindible y lo tenemos, pero hemos evitado que pueda debilitar las relaciones personales que tenemos en Lledoners. Por lo tanto, en este sentido, las elecciones son un elemento más pero no distorsionan en absoluto nada de nuestro día a día ni de las relaciones que tenemos.

Hay una operación de Estado para echar el independentismo, y el factor Illa tenía sus tiempos materializados en la fecha del 14-F

¿Qué le ha parecido la incertidumbre sobre el calendario electoral y que la decisión haya quedado en manos del TSJC?
Es evidente que se da una actitud impropia del TSJC de dejar abierta la incertidumbre sobre la fecha electoral cuando la campaña ya empezado. Sorprende que no se hayan contemplado las medidas de Salut que recomendaban no ir [a elecciones] el 14 de febrero, pero una vez ya se le ha cedido, ahora lo que toca es concentrarnos en ir en votar, sin miedo, confiando en que las medidas serán suficientes, y que el 14-F ningún voto independentista deje de encontrar su espacio en las urnas. Es muy evidente que hay una operación de Estado para echar el independentismo del Govern de la Generalitat. Y el factor Illa es una operación muy bien calculada que tenía sus tiempos y que ahora se intenta materializar en la fecha del 14 de febrero. Es una operación dibujada desde la Moncloa con toda la implicación de buena parte de los intereses de los que defienden el unionismo y la unidad del Estado.

La incertidumbre provocada por el TSJC puede favorecer la operación Illa desmovilizando parte de nuestro electorado

¿Cree que la intervención del TSJC se sitúa como un elemento más de esta operación de Estado que denuncia, para cumplir el calendario diseñado desde la Moncloa?
En cualquier caso, lo que es indiscutible es que la decisión del TSJC va en la dirección que este calendario de la operación Illa estaba buscando. No me atrevo a decir si actúan o no supeditados, pero es evidente que esta decisión del TSJC tiene dos características, facilita la agenda y el calendario de la operación Illa para desalojar el independentismo de las instituciones del país, y dos, genera incertidumbre en los ciudadanos de Catalunya y a las instituciones porque empezamos la campaña electoral sin saber todavía a ciencia cierta si el día 14 tenemos que ir a votar o no [como finalmente ha decidido el TSJC]. La incertidumbre a que nos ha condenado el TSJC de alguna manera puede favorecer la operación Illa porque puede desmovilizar una parte de nuestro electorado. Es en este punto donde decimos que el principal enemigo del independentismo en estas elecciones es el abstencionismo. Si todos vamos a votar, estamos convencidos que ganaremos, revalidaremos la mayoría y seremos más del 50%.

¿El Govern gestionó bien la suspensión de la convocatoria electoral? ¿Tendría que hacer autocrítica?
Seguro que siempre hay elementos de autocrítica y espacios de mejora, pero hubo consenso político en el Parlament para retrasar las elecciones. Además, el TSJC en ningún momento cuestiona el decreto ni la capacidad del Govern para hacerlo, cuestiona la interinidad en que se encuentra el Parlament y el Govern, fruto de una decisión, todo sea dicho, provocada por el TSJC y el Supremo inhabilitando al president Torra. No hay ni una palabra que desautorice el decreto, cosa que demuestra que el TSJC básicamente lo que hace es una lectura política del momento, una lectura inapropiada, al considerar que el interinaje que se produce en las instituciones fruto de la destitución del presidente Torra no se puede alargar más en el tiempo. Y lo dice un organismo que depende de otro, que es el Consejo General del Poder Judicial, donde la inmensa mayoría de sus integrantes están fuera de plazo y tendrían que haber sido renovados igual que el Tribunal Constitucional. Es paradójico y diría incluso insultante a la inteligencia democrática de cualquier ciudadano.

¿Cómo interpretan las encuestas que se estan conociendo?
Lo que nos dicen es que hay una posibilidad muy real que el independentismo vuelva a ganar, y oueda formar un gobierno. Pero que estas posibilidades no están garantizadas. La única opción que en estos momentos garantiza que el próximo gobierno de la Generalitat sea un gobierno independentista, es Junts. Lo digo porque otros partidos también independentistas ya han hecho propuestas y bandera de la necesidad de un gobierno no independentista. No es lo mismo un gobierno con independentistas que un gobierno independentista. Estamos absolutamente convencidos de que en el momento que en Catalunya tengamos un gobierno no independentista, todo el escenario del impulso hacia el reconocimiento en el ejercicio del derecho a la autodeterminación quedará pospuesto en el tiempo. Posponer la recuperación y el ganar espacios de plena soberanía es condenar buena parte de la población a un gobierno deficitario con unos recursos insuficientes y probablemente un mal gobierno en el sentido de que no dispondrá de todos los elementos que en estos momentos requerimos.

Estas elecciones quedan muy polarizadas: la operación de Estado con Illa o lo que representa Junts con Laura Borràs

¿Y cómo valoran la recuperación de JxCat que señalan los sondeos?
Estamos contentos porque se han cambiado algunas tendencias que se apuntaban todavía no hace un año. En estos momentos las elecciones son una cuestión a tres, entre JxCat, ERC y el PSC, y eso también lo tenemos que tener mucho presente. Estas serán unas elecciones donde quedarán muy polarizadas dos posiciones: la que representa la operación de Estado con el exministro Illa o lo que representa Junts per Catalunya con Laura Borràs, como un elemento de impulso y de regeneración de un gobierno con voluntad de unas mayorías fuertes y sólidas para gobernar y seguir avanzando hacia la construcción de la república.

Habla de mayorías fuertes y consolidas después de una legislatura en que las tensiones entre los socios han sido una constante. ¿Cómo se podrá evitar que eso vuelva a pasar en la próxima legislatura si hubiera, como usted reclama, una victoria de JxCat y se llegara de nuevo a un acuerdo con ERC?
Todos sabemos que un gobierno es un equipo, y un equipo funciona entre otros factores por un liderazgo. El liderazgo de Laura Borràs está claro y es lo que puede provocar un cambio en aquello que ciertamente no ha sido satisfactorio en esta legislatura. El liderazgo de que tiene Laura Borràs como candidata, puesto al servicio de la presidencia de la Generalitat, nos permitirá disponer de un gobierno con otras formaciones, particularmente con ERC, que nos dé no sólo una estabilidad sino sobre todo una hoja de ruta, una acción política que permita obviar escenarios que realmente no han sido satisfactorios estos últimos años. También es verdad que esta última legislatura ha venido muy marcada por la represión del 17 de octubre. Pero tenemos que tener capacidad de ir forjando nuevos liderazgos y tenemos que suponer que a partir del próximo gobierno conseguiremos todos juntos hacer emerger y consolidar estos nuevos liderazgos que de una manera muy precipitada tuvieron que crearse a partir de diciembre del 2017 y probablemente no han acabado de arraigar con bastante convicción. Creo que este es un factor fundamental, no ha habido liderazgo suficiente y lo estamos viendo ahora en el gobierno y creo que Laura Borràs puede dar este liderazgo. Lo puede hacer desde la presidencia. Y esto, seguro que es un elemento de consolidación y estructuración de un equipo que evite situaciones como las que hemos vivido en algún momento de esta última legislatura.

Confiamos en que todos hemos aprendido la lección y no volveremos a supeditar actuaciones en el Parlament o el Govern a los poderes del Estado

¿Por lo tanto, el problema lo sitúa en la presidencia de Quim Torra? ¿No garantizó suficiente liderazgo?
No. Digo que un factor que tendremos es liderazgo nuevo, que será mucho más fuerte. Un segundo factor es la represión. Quiero recordar que esta legislatura no empezó con el mejor pie cuando el 30 de enero se impidió que el Parlament pudiera celebrar la sesión de investidura del candidato que tenía posibilidades reales de ser investido, que era el presidente Carles Puigdemont. Que continuó con la imposibilidad de que yo mismo pudiera participar en el pleno de investidura. Y exactamente lo mismo con Jordi Turull, cuando su investidura quedó rota por la mitad al ser encarcelado por orden del Tribunal Supremo. Por lo tanto, la represión ha jugado un papel clave que ha generado tensiones entre los socios de gobierno y que ha dificultado una parte del trabajo del gobierno. Tenemos que confiar en que todos hemos aprendido las lecciones y no volveremos a supeditar algunas actuaciones en el Parlament o el Govern en función de cómo nos apunten los poderes públicos del Estado. Esto también ayudará a encontrar esta fuerza a la hora de poder gobernar la próxima legislatura.

Habla de liderazgos y desde JxCat han responsabilizado a menudo al presidente del Parlament de decisiones que se han adoptado. ¿Se puede hacer una acuerdo que funcione en que vuelvan a estar los mismos protagonistas, el mismo presidente del Parlament?
Creo que es prematuro en este momentos empezar a plantear personas y posiciones de responsabilidad en la próxima legislatura. Sí creo que un revulsivo para hacer cosas diferentes es tener liderazgos nuevos, y el liderazgo de Laura Borràs ayudará. Ella misma tiene una capacidad de acuerdo y diálogo con mucha gente, una relación fluida con Pere Aragonès, y por lo tanto no habrá un obstáculo para que eso se pueda reformular. Cuáles tienen que ser las personas y qué responsabilidades, creo que ahora es prematuro. En cualquier caso, estoy convencido que de la misma manera que Junts también ha reflexionado en torno a este tema seguro que ERC lo ha hecho y la voluntad de encontrar un acuerdo sólido permitirá encontrar a las mejores personas para sacarlo adelante.

Nuestro adversario electoral no es ERC. Nuestro adversario es el PSC y nuestro enemigo, la abstención

No obstante, e esta campaña habrá un nuevo pulso entre independentistas. ERC habla de vía amplia a la independencia y su portavoz, Marta Vilalta, explicó que eso les diferencia de los que quieren ser pocos y puros, en referencia a ustedes. ¿Estas dinámicas no complicarán un acuerdo?
Seguro que no. Una campaña electoral siempre sirve para diferenciarse. Cada uno diseña la campaña como mejor considera. Nosotros sabemos qué es lo que queremos explicar, defendemos el hacer y ser. Tenemos la firme convicción de que este país necesita un gobierno independentista. En lo que se haya podido decir en una campaña no entraremos. Nuestro adversario electoral no es ERC. Nuestro adversario es el PSC y todas las formaciones que quieren desalojarnos a los independentistas del gobierno de la Generalitat y de las instituciones del país para hacer claramente un cambio radical en la dinámica política del país. Y nuestro enemigo es la abstención. Nosotros rivalizamos contra la abstención y queremos retener una mayoría frente al unionismo. A partir de aquí, el resto son elementos matizables a los que no tenemos que dar mayor trascendencia.

¿Qué pasará si el independentismo supera el 50% de los votos?
Si ganamos el 50% de los votos lo primero que pasará es que se evidenciará que este país, a pesar de la represión, no ha renunciado a un horizonte de plena soberanía. Ello obligará a las formaciones políticas del Parlament a evidenciar con voz institucional esta mayoría, y poner encima de la mesa un recorrido que nos permita avanzar con toda la rapidez de que seamos capaces a hacer concreto y viable el mandato que surgió del 1-O. Aquí habrá varios frentes de trabajo. Sabiendo que para que el país acabe culminando el mandato del 1-O las instituciones son absolutamente necesarias pero no suficientes. Por lo tanto, tendremos que acabar también articulando esta mayoría social, movilización ciudadana, democrática, no violenta, que nos acompañamos mutuamente, instituciones y ciudadanía, para recuperar no sólo aquella ilusión que tuvimos en el otoño del 2017 sino aquella capacidad para conquistar espacios de libertad.

Una mayoría independentista con JxCat tendrá que materializar con un programa de legislatura para el reconocimiento de la autodeterminación

¿Quiere decir que harán una nueva hoja de ruta independentista?
Es obligado. Lo que es indiscutible es que una mayoría independentista donde JxCat participe se tendrá que materializar con un programa de legislatura, una hoja de ruta, que dé estabilidad y seguridad a los próximos 4 años y concrete las aspiraciones de avanzar, ganar todo el terreno perdido para hacer cuanto antes posible el reconocimiento al derecho a la autodeterminación. Eso no será sólo responsabilidad de JxCat. Si JxCat tuviera el 51% de los votos sería un escenario; si JxCat participa de una mayoría tendrá la fuerza que tenga dentro de esta mayoría. Por eso, el primer objetivo es que el independentismo gane las elecciones, el segundo es que dentro de esta victoria independentista Junts sea cuanto más fuerte mejor porque es quien habrá de marca la pauta para dar pasos de recuperación de la soberanía que deseamos desde las instituciones en los próximos años.

Hay que blindar la soberanía de las instituciones, defenderlas con una capacidad que en esta legislatura no se ha logrado suficientemente

¿En qué se tiene que concretar?
Obviamente, nosotros nos mantenemos donde estábamos, creemos que hay que blindar la soberanía de las instituciones, saberlas defender con una capacidad que hasta ahora no hemos podido hacer y que en esta legislatura no ha acabado de lograrse suficientmente. Segundo, si tenemos más del 50% habrá que pedir a los organismos internacionales su participación para resolver el conflicto. Y, por descontado, tendremos que emplazar al Estado a una negociación a partir de una posición de fortaleza, y por lo tanto hacer frente a todos los ataques, menosprecios y vulneraciones de la soberanía que desde los organismos públicos del Estado se han venido sucediendo. Son constantes. Ahora mismo, volvemos a tener en el TC la suspensión de un decreto de vivienda y de desahucios. Es constante la actuación de los poderes públicos del Estado para desbaratar las instituciones nacionales y la actuación del Parlament. Y aquí tenemos que producir un vuelco. Llevamos demasiado tiempo que no ponemos el foco sobre una evidencia, que es el déficit fiscal. Si hoy Catalunya dispusiera de una parte de los recursos que no nos devuelven cada año, estos más de 40 millones diarios de euros, 16.000 millones de euros anuals, para poder hacer frente a una actuación para combatir la pandemia y dar apoyo a los sectores económicos del país que están sufriendo las medidas que se han tenido que tomar, la situación sería muy diferente. Tenemos que recuperar esta argumentación, este relato que nos acompaña y nos legitima para poder conquistar estos nuevos escenarios.

Pero esto ustedes lo aparcaron para priorizar el procés, y es también lo que a menudo se les critica...
Seguro que las cosas se pueden hacer mejor. No es incompatible mantener el horizonte del procés de concreción y materialización del ejercicio del derecho a la autodeterminación con la exigencia de recuperar buena parte de aquellos recursos que, desde hace muchos años, salen y no vuelven a Catalunya. Este no es un discurso ni insolidario ni falto de empatía con otras zonas del Estado. Y este tiene que ser un tema central. No para ir a negociar con el Estado español un nuevo modelo de financiación, sino para poner el foco en todas aquellas situaciones de injusticia social, económica y política, y por descontado también de vulneración de derechos y libertades a las que el Estado español nos está sometiendo de una manera constante.

Ante actitudes irresponsables, Juntos ha hecho lo que tocaba: actuar rápidamente y suspender de militancia

JxCat ha tenido que expulsar a una persona de sus listas antes de empezar la campaña. ¿Qué pasa? ¿No evalúan bien a las personas que incorporan a sus candidaturas?
Es evidente que el Twitter la gente lo utiliza de una manera absolutamente generosa e irresponsable muchas veces. Lo sabemos. Y ciertamente, nosotros y creo que ninguna formación política analiza a sus candidatos, y más cuando vienen de procesos de primarias con todo un historial sobre sus actuaciones. Pero, y esta es la diferencia, cuando tenemos conocimiento de unas actitudes que son irresponsables, porque nos llegan, porque se nos denuncian internamente o porque salen públicamente, JxCat ha hecho lo que tocaba: actuar de manera diligente, rápida, tomar una decisión de suspensión de militancia. Y en este caso, si no me equivoco, la misma persona que iba en el número 65 de de la lista -también tenemos que situar estas polémicas donde corresponde- ha renunciado a cualquier presencia en las listas. Simplemente querría recordar que personas de mucha más relevancia política con actitudes mucho más preocupantes y que atentan contra los derechos humanos y la dignidad de las personas, siguen teniendo un protagonismo muy superior al que ha tenido esta persona que estaba en el puesto 65.

¿A quién se refiere?
Pienso en el ministro Marlaska, que ha sido directamente señalado por tribunales europeos por no haber investigado situaciones de tortura y sigue siendo ministro de un gobierno socialista y de Podemos; o la alcaldesa Ada Colau que sigue estando en la alcaldía de Barcelona gracias al apoyo de una persona que cuando tenía responsabilidades políticas en el gobierno de Francia actuó de manera irresponsable y claramente xenófoba contra determinados colectivos como el pueblo gitano. Por lo tanto, si de lo que se trata es de hacer un esfuerzo que todas las formaciones políticas sean exigentes para echar a personas que mantienen actitudes que atentan contra la dignidad de otros, JxCat está desde el primer momento y si no hemos sido lo bastante cuidadosos, como secretario general pido disculpas. Pero también digo y me comprometo a que ante cada denuncia que tengamos sobre la mesa y que se compruebe que está argumentada y bien justificada JxCat no mirará hacia otro lado y actuará. Y también pido que el resto de formaciones políticas actúen en consecuencia.

Hay partidos que han dejado claro que tienen intención de seguir tirando de este hilo y señalan otros nombres...
Que lo hagan, y planteen cuáles son estas personas. Lo que tampoco haremos es caer en la trampa de que ante cualquier persona que tenga una opinión discrepante tenemos iniciar una caza de brujas. JxCat está abierto a cualquier crítica, somos transparentes y actuaremos con rapidez: lo hemos hecho en otros casos, lo haremos en el futuro.

Canadell es una persona que tiene una capacidad de liderazgo y de comunicar que preocupa a algunas de las personas que lo señalan

Uno de los nombres objeto de críticas a sus listas es el número tres, Joan Canadell.
Significa que es una persona que tiene una capacidad de liderazgo y de comunicar que preocupa a algunas de las personas que lo señalan. La trayectoria de Joan Canadell, con la cual no es imprescindible coincidir con todo lo que dice, al igual que para ser secretario general no es imprescindible que todo el mundo coincida con lo que yo digo, es incuestionable. Los ataques políticos están y estarán, forman parte del juego y son lamentables. Pero en este caso soy muy consciente de porque Canadell es objeto de una crítica abierta, alimentada no sólo por el PSC sino por otras formaciones, i es porque se trata de una persona que tiene capacidad de comunicar, liderar y hacer propuestas que preocupa a sus adversarios políticos. Será un muy buen diputado y tiene todo el apoyo ante los ataques que se puedan producir de otras formaciones políticas.

Y más allá, ¿qué tiene previsto para él? Ha sido el más votado en la segunda urna de las primarias y se ha puesto su nombre sobre la mesa en caso de que hubiera una inhabilitación de Borràs. ¿Sería uno de los nombres que podría sustituirla?
Niego la mayor, me niego a comprar el marco mental en que nos quieren ubicados los tribunales españoles, que es el escenario de inhabilitación y condena de Laura Borràs. Este no es un escenario que tenemos delante. A partir de aquí, todo el resto son ganas de especulaciones. También lo ha dicho muy claramente Joan Canadell, viene aquí para ayudar, para estar aquí, no se siente preparado para ser nada más que lo que está haciendo en estos momentos, quiere ser diputado. Será un buen diputado. Y lo que tenemos que hacer es que Laura Borràs sea la primera presidenta de la Generalitat.

Hay un tuit reciente de Canadell que habla de eliminar el impuesto de sucesiones tan pronto como se pueda. ¿Está de acuerdo?
No estoy de acuerdo. Pero es normal que dentro de JxCat, donde hay sensibilidades diversas, haya miradas diferentes. Canadell tiene toda la libertad de defender esta propuesta y JxCat decidirá si es una propuesta que tiene recorrido o no. Personalmente creo que en estos momentos no es lo que corresponde, una reforma tributaria en esta dirección. En todo caso, habrá que ver qué mayoría tendremos. Cuando salga el resultado electoral quedará muy clara cuál es la posición de JxCat.

El PSOE busca intercambiar lo que ya tiene en Madrid y dar apoyo a un Govern donde hubiera partidos independentistas aunque ellos no estuvieran. La operación de Estado pasa por aquí

Esta operación de estado Illa que ustedes denuncian, ¿en qué consiste?
Es muy clara. El PSC está supeditado a unos intereses del PSOE, ellos quieren conquistar las instituciones autonómicas catalanas, para poder diseñar su modelo federal. Si en Catalunya hoy somos mayoría los independentistas es porque España ha sido incapaz de reconocer otro modelo que no sea el unitario, centralista y el centralizador. No creemos que la presencia de independentistas en el gobierno de la Generalitat sea suficiente para garantizar el recorrido hacia la independencia. No es lo mismo tener formaciones independentistas en el gobierno que tener un gobierno independentista. El partido socialista creemos que busca intercambiar lo que hoy tiene en Madrid: una legislatura soportada parlamentariamente por algunas formaciones independentistas. Creemos que los socialistas estarían en disposición de hacer exactamente lo mismo en Catalunya, soportar un gobierno donde hubiera partidos independentistas aunque ellos no estuvieran. La operación de Estado puede pasar por aquí: por un intercambio de apoyos a los gobiernos respectivos. Y los comunes parece que serían la rótula que está tanto en el gobierno de Madrid como podría estar en el gobierno de Catalunya. Este es un modelo, es legítimo, pero no es el nuestro. Nosotros defendemos un gobierno exclusivamente independentista y la operación de estado creo que en gran medida pasa por este escenario.