La Junta Electoral Central (JEC) ha dictaminado este jueves que el president de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, tiene que pasar por Madrid para recoger su credencial con el fin de ser eurodiputado. En un nuevo acuerdo en respuesta al Parlamento Europeo, el órgano se posiciona en contra del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y estipula que Puigdemont "no ha adquirido su plena condición de diputado en el Parlamento Europeo porque no ha cumplido el requisito de acatamiento constitucional". Es por ello que la JEC pide que "quede vacante temporalmente su escaño hasta que no se produzca este acatamiento, con su consecuente suspensión de sus derechos".

 

 

La JEC se ha pronunciado de la misma manera tanto para Puigdemont como para Toni Comín, Clara Ponsatí —todos ellos de Junts per Catalunya— y Jordi Solé —de ERC—. Ello es así porque la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, preguntó a la Junta Electoral española si podía confirmar que estos tres eurodiputados se encontraban en la lista de 59 cargos proclamados electos en las elecciones europeas del año 2019, después de que el comité de Asuntos Jurídicos de la cámara no pudiera verificar las credenciales de los eurodiputados. Metsola es presidenta de esta cámara desde el pasado mes de enero, en sustitución de David Sassoli, más progresista, que murió el día 11 de enero.

Contradice el posicionamiento del TJUE sobre el caso Junqueras

Hay que recordar que en el caso del exvicepresident del Govern Oriol Junqueras, el TJUE determinó que lo que acredita la condición de eurodiputado es el resultado de las urnas. Este tribunal, por lo tanto, negaba que el juramento de la Constitución española fuera un requerimiento con el fin de convertirse en europarlamentario. También hay que remarcar que, a pesar de la amenaza que ha hecho la JEC este jueves, no ha propuesto a los cuatro sustitutos de estos eurodiputados, a pesar de tener las competencias para ello.

Después de las elecciones europeas de 2019, la JEC reconoció que Puigdemont, Comín, Ponsatí y Solé habían sido elegidos, pero posteriormente no los incluyó en la lista que tenía que enviarse a Bruselas dado que no acudieron al Congreso de los Diputados para jurar o prometer la Constitución española, ya que en aquel momento ya estaban en el exilio. Seis meses más tarde, la Eurocámara reconoció los escaños de los dos políticos exiliados, de la misma manera que pasó con Ponsatí, que, poco después, ocupó uno de los escaños que dejaron vacíos los eurodiputados ingleses con la aprobación del Brexit. En el caso de Jordi Solé, hay una diferencia y es que asumió el escaño sin jurar la Constitución, pero, en cambio, sí que se presentó en el Congreso. Sin embargo, la JEC se ha pronunciado en la misma dirección.