La idea cernía desde hacía días pero ahora, acabará siendo una realidad. Italia, un país con una economía estancada y un sistema bancario con problemas de activos, aprueba una moratoria por el pago de hipotecas. De todas las medidas de contención sobre la mesa, esta es la más contundente. La ministro de economía italiana, Laura Castelli ha declarado que será "para particulares y familias". En paralelo, el lobby bancario que conforma la Asociación Bancaria Italiana (ABI), recuerda que los prestamistas que representan el 90% de los activos bancarios son pequeñas empresas y familias y "se les ofrecerán moratorias".

La congelación de los préstamos a negocios de las zonas más afectadas y un subsidio especial de 500 euros mensuales hasta finales de primavera para los trabajadores autónomos que han suspendido su actividad, son medidas que se prevén en un decreto ley de urgencia redactado por el gobierno de la república italiana. Actualmente, se trabaja para incrementar las medidas y hacerlas extensibles a todo el país. Las primeras medidas podrían llegar prácticamente a los 10.000 millones de euros, un paquete en lo que se añadirá una segunda partida extraordinaria en una segunda fase pendiente de concretar.

Los mensajes de tranquilidad del gobierno contrastan con la situación, cada día más esperpéntica, que viven los italianos. Su ministro de Exteriores, Luigi di Maio, hace un llamamiento a "proteger el país de la mejor manera posible" y defiende que son "un pueblo fuerte y unido" que saldrá de esta crisis. Más allá de las hipotecas, también se está estudiando la posibilidad de suspender los pagos durante dos meses de las facturas de la luz el gas, el agua y los desperdicios.