La investidura a través de una videoconferencia tiene un precedente en Estados Unidos, concretamente en la ciudad de Anchorage en Alaska. El alcalde de la localidad, Dan Sullivan, juró su reelección por el cargo por Skype en 2012, según recogió la CBS.

El motivo no era ninguna persecución política sino una razón más trivial. Y es que Sullivan tenía planificado desde hacía tiempo un viaje a Hawai para visitar a la familia de su mujer. El pragmatismo norteamericano lo resolvió con la presencia de un abogado en Honolulu, y desde su lado tomó posesión.

Los servicios jurídicos de Anchorage confirmaron que el uso del Skype cumplía con las normas del código de la ciudad.