La inoperancia que ha mostrado al presidente español, Pedro Sánchez, en la gestión de la crisis del coronavirus ha provocado hoy una revuelta de autonomías, muy presionadas por el malestar ciudadano. Ya no es solo el president Quim Torra el que hace una enmienda a la totalidad a la política del Gobierno y reclama el confinamiento total, sino que también claman al cielo Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y el País Valencià, y estas dos últimas con acciones de cariz unilateral.

Esta revuelta ya empieza a tener efectos, y ha hecho estallar la política centralizada del ministerio de Sanidad, encabezada por Salvador Illa, de requisar mascarillas y material sanitario, que ya es evidente que ha fracasado. Y, todavía es más importante, ha quedado destartalada la decisión de Sánchez de aplicar un 155 para recuperar las competencias de Sanidad y Protección Civil.

Ni en las comunidades socialistas se acaba de aceptar esa decisión. El president valenciano, el socialista Ximo Puig, ha tomado la directa ante la visible pasividad del Gobierno y ha fletado dos aviones a China para traer material sanitario con el que cubrir las necesidades en la lucha contra el coronavirus. Puig lo ha anunciado justo salir de la reunión telemática con Sánchez y los presidentes autonómicos, mientras añadía que la ayuda del ministerio de Sanidad "no es suficiente". No está mal para un dirigente socialista.

 

El presidente de Murcia, Fernando López Miras, que gobierna con el apoyo de Cs y Vox, ha ido más allá y ha firmado una orden de "cierre total de la Región, excepto los servicios mínimos", o sea, el confinamiento total que desde hace una semana reclama el president catalán, Quim Torra. El popular López Miras ha desafiado así las indicaciones de Pedro Sánchez. Murcia ha pedido que el Gobierno le autorice a ejecutarlo, o que le pase la competencia.

 

En la reunión de presidentes con Sánchez, Torra ha planteado la necesidad del confinamiento total. Y además del presidente de Murcia, también han estado de acuerdo los de Castilla-La Mancha y Andalucía.

El presidente de Castilla-la Mancha, el también socialista Emiliano García-Page, incluso no ha querido criticar esta tarde a Torra, a pesar de los esforzados intentos de la presentadora de La Sexta Cristina Pardo para que le atacara. "Bastantes de las cosas que ha dicho Quim Torra me han parecido muy juiciosas", ha indicado Page con una formulación inusual.

En Andalucía la relación institucional con el gobierno de Pedro Sánchez se torció el miércoles cuando apareció un vídeo de la Guardia Civil donde se presentaba como una actuación modélica que habían requisado mascarillas en Jerez para trasladarlas al hospital Infanta Sofía de Madrid. Allí empezó la grieta de la política de Salvador Illa de incautar material.

Ayer la inicial grieta ya era una fisura abierta, porque trascendió que la política militarizada de incautaciones había hecho perder 1 millón de mascarillas compradas en China, ya que el país asiático temió que las requisaran y no las cobrara. Las mascarillas acabaron en Alemania, por supuesto pagadas puntualmente.

El presidente andaluz, Juanma Moreno (PP), que gobierna con el apoyo de Cs y Vox, ha acabado hoy defendiendo el confinamiento total, en la línea de Catalunya. No ha aguantado la inoperancia del gobierno de Pedro Sánchez.

Desde esta semana, ya no es tan fácil atacar al presidente Quim Torra en la política española y españolista.

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