Llega la hora de la verdad. Empieza la cuenta atrás para las elecciones generales. Los partidos dan esta medianoche el pistoletazo de salida a dos semanas de carrera electoral que acabará el 28 de abril con una nueva composición del Congreso de los Diputados. Será una campaña marcada, de nuevo, por la excepcionalidad que supone que haya candidatos encarcelados. Horas antes de la tradicional pegada de carteles, el Tribunal Supremo ha denegado la libertad a Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Josep Rull, Jordi Turull y Raül Romeva, que habían pedido salir para poder participar en los actos electorales en igualdad de condiciones con sus rivales. A Junqueras y Sànchez, cabezas de lista de ERC y Junts per Catalunya, ya les pasó durante la campaña del 21-D, que como candidatos también tuvieron que vivir entre rejas.

Los próximos quince días hasta el 28-A, tendrán el foco puesto en Catalunya. Si ya pasó con las andaluzas, ahora con más razón. El independentismo quiere ser aritméticamente decisivo para la investidura de Pedro Sánchez, para poder forzarle a reanudar el diálogo. Y los socialistas catalanes aspiran a no tener que depender de nadie, cosa matemáticamente impensable. Sobre el papel, la victoria en Catalunya se la disputan entre ERC y el PSC. Las últimas encuestas dan ventaja a los republicanos. La más generosa fue la del CIS, publicada este martes, según la cual ERC no sólo ganaría sino que duplicaría los resultados de 2016. En base al resto de sondeos, sin embargo, los dos tienen opciones de quedar primeros. Más teniendo en cuenta el grueso sustancial de ciudadanos que hoy por hoy continúan indecisos. El CIS los situaba en un 30% en el conjunto del Estado. Este mismo barómetro indicaba que hay más 300.000 personas que dudan en relación a cuál de las dos grandes candidaturas independentistas votarán, ERC o JxCat. En los cuarteles electorales nadie se fía mucho de los sondeos. Si no, que se lo digan a los de Junqueras, después del efecto Puigdemont del 21-D.

Con todo abierto, los partidos encaran la campaña con sus propios retos y prioridades. Dos semanas pueden hacérseles muy largas. Faltan más de quince días para el 28-A y todo es posible, todavía.

ERC: una campaña metropolitana y centrada en la represión

Los republicanos han diseñado una campaña con fuerte presencia en el área metropolitana y centrada en el mensaje que las elecciones del 28-A son "un nuevo plebiscito entre democracia y represión". El mensaje de ERC los próximos quince días se centrará en desactivar el llamado voto útil al cual apelan los socialistas, asegurando que son los únicos que pueden parar un gobierno de derechas con VOX. Los republicanos lo harán alertando de un posible pacto entre PSOE y Cs, que podría llevar Albert Rivera y Inés Arrimadas a Moncloa y afirmando que cuanto más fuerte sea ERC y el independentismo, más se podrá condicionar la actuación de los socialistas para encontrar una solución "democrática" al conflicto con Catalunya.

Bajo el lema 'Va de libertad', la candidatura liderada por Oriol Junqueras y Gabriel Rufián irá a buscar voto básicamente en el área metropolitana, campo donde han conseguido crecer exponencialmente en las últimas citas electorales. Por eso, empiezan la campaña en Sant Vicenç dels Horts, pueblo del Baix Llobregat donde Oriol Junqueras fue alcalde, y acabarán en Badalona, con paradas destacadas en Granollers, Sabadell, Mataró y Barcelona, donde celebrarán el acto central el día de la República. También pasarán por Lleida, Reus, Girona, Figueres y Amposta, e intentarán hacer algún acto en la prisión de Soto del Real.

JxCat: emotividad y diálogo con líneas rojas

Las encuestas son tozudas con Junts per Catalunya. Hace tiempo que los sondeos no les dan tregua, con pronósticos que empeoran los resultados obtenidos por el PDeCAT en las últimas elecciones en el Congreso. En el cuartel general de la candidatura confían en la falta de puntería de la demoscopia y en el carisma de sus principales activos durante la campaña. El objetivo, conseguir grupo propio en el Congreso, cosa que no han tenido esta legislatura.

Sacarán toda la artillería ya desde el minuto 1. Inaugurarán la campaña electoral con los tres últimos presidentes de la Generalitat en el escenario. Los tres serán protagonistas a lo largo de estos quince días. Quim Torra y Artur Mas estarán físicamente, Carles Puigdemont conectará de manera virtual, como ya es tradición desde que está en el exilio y como hará en la inmensa mayoría de los más de 400 actos que hará JxCat por todo el territorio. El domingo, los miembros de la lista viajarán a Waterloo y durante Semana Santa, a Soto del Real.

La emotividad volverá a ser uno de los elementos claves de su campaña. Lo demuestran las imágenes escogidas para los carteles. Se trata de fotografías de los cabezas de lista presos, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, hechas, durante sus últimas horas en libertad, antes de entrar en la Audiencia Nacional o en el Tribunal Supremo. En el eslogan se reivindican como "La voz de la independencia". A lo largo de estas dos semanas JxCat marcará distancias con la estrategia de ERC, insistiendo en que no pagarán por adelantado a Pedro Sánchez como sí hicieron con la moción de censura, y dejando bien dibujadas las líneas rojas: basta de represión y derecho de autodeterminación.

PSC: equilibrismo entre Cs y el independentismo

El PSC no gana unas elecciones generales en Catalunya desde hace 11 años. Fue en 2008, cuando con Carme Chacón obtuvieron el mejor resultado de la historia, con 25 diputados. Ahora conservan sólo 7. Por primera vez, después de esta travesía por el desierto, los socialistas catalanes se ven con opciones de quedar primeros. Y así lo perciben también sus adversarios. De aquí que focalicen las críticas hacia ellos. La estrategia de la lista que lidera la ministra Meritxell Batet será pescar votos sobre todo de los comunes, pero también de Cs y lo harán apelando al voto útil.

No pasará un solo día de campaña sin que sean señalados como sospechosos de acabar pactando con Ciudadanos para seguir gobernando España. En Catalunya ya hay por lo menos tres partidos -ERC, los comunes y JxCat- que han decidido apuntalar la campaña presentándose como la alternativa a esta alianza PSOE-Cs que dan por hecha. La pregunta será una constante. Y aunque les incomoda la insistencia, de momento la respuesta de las primeras espadas socialistas no resuelve la incógnita, al contrario. De hecho, hasta que tengan los resultados en la mano no parecen dispuestos a aclararlo, porque no quieren tener que tragarse sus palabras ni ser esclavos, como le pasó a Rivera cuando decía que no haría a Rajoy presidente.

Los socialistas centrarán la campaña en situar al electorado en la dicotomía de tener que escoger entre un gobierno a la andaluza de derechas y de confrontación (PP, Cs y VOX) o uno de diálogo y progresista, encabezado por Pedro Sánchez, que vendrá un par de veces a Catalunya durante la campaña. Dicen que se sentarán con todo el mundo y evitan y evitarán más concreciones.

Los comunes, de la victoria a la crisis

Los comunes, que vienen de ganar las dos últimas elecciones generales -las de diciembre de 2015 y las que se repitieron en junio del 2016-, afrontan ahora la campaña con las encuestas en contra. Después de que quien fue su líder y baluarte, Xavier Domènech, abandonara el partido, ahora fían la candidatura a Jaume Asens. Según el último CIS perderían la mitad de diputados (de 12 pasarían en 5/6) y se quedarían en una modesta tercera posición, por detrás del PSC y ERC. Además, llegan a la cita tocados por la enèsima crisis, con la marcha de dos diputados, Elisenda Alamany y Joan Josep Nuet, que se han juntado con ERC para estas elecciones así como para las municipales del mes que viene.

Con todo, los comunes preparan una campaña muy metropolitana, ya que saben que es donde pueden sacar más votos, y con una importante presencia de los líderes estatales (Pablo Iglesias, Irene Montero y Alberto Garzón) y también de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Bajo el lema 'Ganemos para avanzar', los comunes se intentarán vender como los garantes de un nuevo gobierno progresista en coalición con el PSOE. Conocedores como son de que una parte de su electorado está en la frontera con Esquerra Republicana, se prevé una campaña que entre en el cuerpo a cuerpo con este partido, de hecho ya han empezado a acusarlos de bloquear el Congreso.

La operación Arrimadas, arma de doble hilo para Cs

La actual jefa de la oposición en Catalunya se ha decidido a dar el paso para ir a Madrid. Inés Arrimadas es un valor al alza en Ciudadanos. Lo sabe ella, lo sabe el partido y lo sabe Albert Rivera. La prueba la tuvimos ya a las elecciones andaluzas, en las cuales ella fue uno de los puntales de la campaña. De cara al 28-A, y aunque se presenta como cabeza de lista por Barcelona, Arrimadas hará campaña por toda España, en paralelo a Rivera.

El caso es que lo que puede suponer un activo a nivel estatal, podría acabar siendo un handicap para el partido en Catalunya. La mayoría de diputados de Cs en el Parlament se enteraron por los medios de comunicación de que su líder hacía las maletas para marcharse al Congreso. Con ella, se van otros pesos pesados de la formación en la cámara catalana, como es el caso de Espejo-Saavedra, vicepresidente de la mesa. Esta estampida hacia la capital deja el partido sin un liderazgo claro en Catalunya. Es más, en función de los resultados, no es descartable que las desavenencias empiecen a supurar y desemboquen en una crisis interna.

En las últimas elecciones generales, con Juan Carlos Girauta al frente, Cs obtuvo 5 diputados por Catalunya, cuatro en Barcelona y otro en Tarragona. Ahora, las encuestas les auguran un resultado similar. La última vez que hubo urnas, Arrimadas ganó las elecciones en Catalunya. La estrategia de encender el antiindependentismo no parece que vaya a darle ahora los mismos frutos.

El PP, entre la desaparición y el sorpaso de VOX

Poco a poco, el Partido Popular se va empequeñeciendo en Catalunya. Después de las últimas elecciones en el Parlament, las que convocó Rajoy bajo el 155 para el 21-D, el PP tiene sólo cuatro diputados en la cámara catalana. Para intentar salvar los muebles de cara al Congreso, Pablo Casado ha recuperado la figura de Cayetana Álvarez de Toledo, generando una irritación monumental en las filas del PP catalán.

De la escuela FAES, Álvarez de Toledo destroza todo lo que huela a catalanismo cada vez que abre la boca. Esta misma semana, acompañando a Casado, presentaron el programa electoral del PP. Las primeras páginas se dedican específicamente a promesas para combatir el independentismo con medidas como volver a penalizar la convocatoria de referéndums, eliminar los indultos por rebelión o volver a aplicar el 155.

Según el último CIS, la cabeza de lista por Barcelona sería la única diputada que el PP conseguiría en Catalunya, bastante lejos de los 6 que sacaron en el 2016. VOX, les pasaría por delante. Como revulsivo, los populares han decidir resucitar a Aznar, que abrirá la campaña del partido en Barcelona. Por cierto, que horas antes de arrancar, parte de la fachada de la sede del PP ha caído a trozos. ¿Metáfora?

Posible irrupción del Front Republicà

A todas estas opciones, también hay que sumar la posible irrupción del Front Republicà, la candidatura liderada por Albano-Dante Fachín, en coalición con Poble Lliure (organización vinculada a la CUP) y Pirates de Catalunya. Todos ellos han decidido presentarse conjuntamente a las elecciones porque consideran que ERC y JxCat ya no representan el mandato del 1-O. Precisamente, para dejar claro el sentido de su candidatura, dan el pistoletazo de salida a la campaña ante la escuela Ramon Llull, escenario de fuertes cargas durante la jornada del referéndum y donde el número cinco de la lista, Roger Español, perdió un ojo.

Su principal handicap es la poca presencia que tendrán en los medios -especialmente en los públicos- por su falta de representación parlamentaria hasta ahora. A juzgar por las encuestas, no está claro que puedan conseguir hacerse suyo algún escaño en el Congreso. Eso, sin embargo, lo dirán las urnas.

La amenaza de VOX llama a la puerta de Barcelona

A PP y Cs les tiemblan las piernas viendo cómo la ultraderecha les está comiendo terreno. Y en vez de alejarse, tienden a reflejarse. ¿El problema? Que entre el original y la copia, el electorado suele escoger el primero. Según el CIS, VOX tiene mercado en Barcelona, incluso más que el PP. Los de Abascal podrían sacar 3 diputados. La esperanza: que las encuestas no están muy finas últimamente.