Una comitiva independentista formada por ERC, PDeCAT, la CUP y Junts per Catalunya ha vuelto a acompañar a los exconsejeros Carles Mundó, Meritxell Borràs y Santi Vila, así como la exdiputada de la CUP Mireia Boya a las puertas del Tribunal Supremo este martes, día en que el juez Pablo Llarena les hacía conocedores del auto de procesamiento, en la declaración indagatoria a que estaban citados a las 10h.

Desde de ERC, Joan Tardà ha cargado contra la causa por el 1-O afirmando que el Estado "hace creer que es Justicia", cuando "en realidad es crueldad y venganza" ha dicho, a su paecer, a través de la "vulneración de derechos civiles". "Para que triunfe la venganza quieren retorcer la voluntad de Catalunya" ha lamentado el republicano, acompañado de la diputada Teresa Jordà, entre otros parlamentarios de ERC.

Asimiso, sobre la investidura, Tardà ha añadido que su formación priorizaba "un gobierno efectivo independentista" y votaría la persona que designe JxCat, en virtud del acuerdo firmado y porque fue la candidatura con más votos. El portavoz de los republicanos en el Congreso ha incidido en qué "la joya de la corona es el resultado del 21-D" y que hace falta "un gobierno que nos permita ir adelantado hacia la construcción de la república", ha expuesto.

A su vez, la diputada del PDeCAT, Maria Senserrich, ha denunciado "el ataque a la democracia" de las personas que formaban parte de un Gobierno que a su parecer "sólo escuchó a la gente", ha lamentado, en compañía de otros miembros demócratas como Marta Pascal, Ferran Bel.

Senserrich ha añadido que había "confianza plena" en Carles Puigdemont para la investidura y desde JxCat, el portavoz Eduard Pujol ha afirmado que habría Govern en Catalunya antes del 22 de mayo.