Catalunya irrumpe en el Pabellón de España en la Exposición Universal de Osaka. El president de la Generalitat, Salvador Illa, ha inaugurado oficialmente la semana catalana desplegando en Japón su discurso sobre una Catalunya abierta e inclusiva dentro de una España plural y diversa. Y el pabellón español ha recibido al president catalán con una enorme bandera a la derecha de la bandera española. Por cierto, la primera bandera que aparece durante un acto público del viaje oficial donde las enseñas han brillado por su ausencia, excepto alguna aparición esporádica en alguna mesa de reunión. Unas grandes pantallas con el letrero de Cataluña sobre algunos de los hits turísticos del país, identificaba para el espectador al protagonista de la semana. Antes que Catalunya han pasado por el Pabellón las semanas de Castilla-León, Castilla-La Mancha y Extremadura. Y las siguientes semanas se espera las semanas de Canarias, Andalucía y Galicia.
El embajador español, Iñigo de Palacio, un diplomático entrañable que no se ha separado de Illa en ninguna de sus apariciones desde que aterrizó el lunes en Japón, excepto cuándo sale a correr a las mañanas, seguía la intervención del president satisfecho desde la primera fila. A su lado el conseller de Exteriores, Jaume Duch.
"Quiero agradecer a los responsables del pabellón y a la embajada toda su ayuda, hospitalidad, facilidades que nos ha dado y la imagen que se transmite de España, una España plural y diversa, en su pluralidad y diversidad. No lo encuentro una debilidad sino una fortaleza y este es un mensaje que estamos convencidos desde Catalunya y agradecemos que se haga de forma tan explícita y tan bien concretada en este pabellón", ha asegurado Illa. Lo ha hecho en castellano para que lo entendiera el diplomático español y el responsable del Pabellón, que comisaria a José Andrés Torres.
Abierta e inclusiva
El president, que ha hecho el resto de la intervención en catalán ha querido también trasladar el mensaje de una Catalunya que expresa su identidad a través de su lengua y su cultura, pero de "una identidad que es abierta, inclusiva, que tiene unas raíces profundas, pero que también está abierta al futuro."
El leitmotiv de la semana de Catalunya es "tierra de innovación y vanguardia", como una manera de ser que aparece desde el arte hasta la arquitectura, pasando por los avances tecnológicos, algunos de los cuales ha tenido oportunidad de probar Illa para constatar cómo su propia imagen era transformada digitalmente en un Sant Jordi de cómic|.
Como actividades de la semana catalana, el Pabellón incorpora en una sala polivalente un taller para evocar la obra de Joan Miró donde se vincula la cita de Osaka de este año con la que se celebró en 1970 y en el cual el artista catalán participó con su obra. Además, en el restaurante del edificio español se ofrece cada día un taller de pan con tomate, de la mano del chef catalán residente en el Japón Josep Barahona. Precisamente, Barahona ha sido el responsable de ofrecer este mediodía una comida con coca de recapte, cazoleta de espinacas con pasas y piñones y buñuelo de bacalao y patata, dentro de una selección de 16 platos catalanes que ha cerrado con un panellet de almendra marcona y membrillo y una crema de Sant Josep.

Rumba con flamenco
El acto de inauguración ha contado con un debate entre Joan Roca y Carme Ruscalleda, que estos días de viaje por Japón actúan como una especie de dúo Pimpinela que canta las virtudes de la gastronomía catalana. La inauguración se ha cerrado con un espectáculo de rumba catalana con Muchacho & Los Sobrinos, acompañados de una coreografía muy próxima a lo que vendría a ser un espectáculo flamenco de una bailadora enfundada en un traje rojo intenso con aire de faralaes.
No obstante, la aportación de la semana catalana aparece como una pequeña irrupción en la actividad de un gigantesco y abrumador Pabellón Español, que en ningún momento renuncia a sus propias imágenes, su identidad y su ritmo, a pesar de tener realquilados algunos espacios a la comunidad autónoma de turno.
De hecho, lo que realmente ha provocado la euforia del público japonés que visitaba el pabellón ha sido el espectáculo de flamenco que se ha puesto en marcha tan pronto como ha acabado el acto institucional de la delegación catalana. El espectáculo Sublime flamenco del Teatro Real de Madrid ha conseguido hacer vibrar a un público nipón poco dado a los aspavientos, pero que incluso se ha lanzado a acoger con palmas insonoras el flamenco que tronaba en el escenario. No hay duda, el pan con tomate no lo tendrá fácil esta semana.