La noticia del día --el fracaso de la opa del BBVA a Sabadell-- ya corre como la pólvora y las primeras reacciones no se han hecho esperar. Uno de los más rápidos ha sido el president de la Generalitat, Salvador Illa, que ha defendido que esta noticia "confirma lo que siempre hemos defendido", que, según dice, se trata de "un sistema bancario adaptado a la realidad de Catalunya y de su tejido empresarial". A través de un tuit en la red social X, Illa ha querido destacar "el papel ejemplar de los órganos y autoridades reguladoras: Banco de España, CNMC y CNMV". El president ha añadido que "ahora hay que mirar hacia adelante". "Contamos con el papel importante que BBVA y Banc Sabadell deben seguir teniendo para generar progreso y prosperidad en Catalunya", ha dicho. La opa ha fracasado porque solo el 25,33% de accionistas del Sabadell la ha aceptado.

Hace poco más de un mes, Illa puso de relieve el papel del Sabadell en el apoyo a las empresas, aunque aseguró que "sea cual sea (el desenlace), los intereses no solo de Cataluña, sino también de las comunidades donde hay una presencia territorial importante del Sabadell, quedan garantizados en materia de defensa del tejido empresarial".

El gobierno español muestra "respeto total" a los accionistas del Banco Sabadell

Por su parte, el gobierno español ha mostrado "respeto total" por la decisión que han tomado los accionistas del Banco Sabadell. Fuentes del ministerio de Economía, Comercio y Empresa han explicado que era, precisamente, a los accionistas a quienes "correspondía valorar la operación". En la misma línea que el president de la Generalitat, el ejecutivo español también ha destacado la actuación "impecable" de todos los supervisores y autoridades que han participado en la operación, el Banco de España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV).

El BBVA propuso al Sabadell una fusión amistosa antes de la opa en dos ocasiones, en noviembre de 2020 y abril de 2024. Ambas sin éxito. Fue hace diecisiete meses cuando, finalmente, la entidad vasca arrojó una opa hostil sobre el banco vallesano que preside Josep Oliu. Una operación histórica, que ha traspasado los límites del sector financiero y ha protagonizado debates políticos, tanto en el Parlament como en el Congreso de los Diputados.