Final amargo de debate para Francesc Homs. El líder de CDC a las elecciones generales del 26-J ha tenido que vivir en directo, mientras finalizaba un cara a cara televisivo con Xavier Domènech en 8TV, la decisión de la CUP de mantener su enmienda a la totalidad a los presupuestos y, por lo tanto, tumbarlos en la votación de este miércoles. Homs ha asegurado, visiblemente enfadado, que "es una patada al procés", a pesar de remarcar que "lo reconstruiremos".

La cara del convergente ha sido seguramente lo más intenso de un debate extremadamente tranquilo y pausado hasta los 10 minutos finales. La parte económica y las críticas cruzadas por las decisiones pasadas y el modelo de futuro han monopolizado el debate, llevándolo, incluso, al marco municipal de Barcelona. Homs ha pedido "atención con las promesas que generamos", porque después "se colocan parientes", "continúan los desalojos" y en vez de plantarse con las compañías "se da la mano" a Telefónica.

"Tengo la sensación de un debate retro", ha soltado Domènech, esbozando una sonrisa. El común ha citado los datos sobre la percepción de la gestión municipal que ha entregado el Ajuntament este martes, y que son las mejores desde el 2004, con en torno a un 53% de satisfacción. Pero para Homs, las encuestas no justifican "cómo tembló el Mobile", como "se fomenta el odio de clase en vez del ascensor social". Por eso ha advertido a Domènech, que ha replicado que "el ascensor social es un mito". Homs le ha soltado: "Tendríais que reconsiderar vuestra agresividad", recordando el pacto con la "mafia" que ha hecho Ada Colau, en referencia a como la alcaldesa denominaba al PSC.

La ley Montoro

El primero y evidente distanciamiento ha sido la ley Montoro, impulsada por el PP y con el apoyo de CDC, y por la cual las finanzas de la Generalitat quedan controladas por el Estado. Domènech se ha quejado de que tiene una "doble lógica": "recentralizadora y contra políticas sociales". "Entra de lleno en la lógica de la austeridad, explica porqué los recortes se imponen de arriba a abajo", ha remachado.

Homs ha tenido que salir al paso defendiendo, de alguna manera u otra, que dieron apoyo después de haber negociado un aspecto de distribución del déficit que "si se cumpliera" permitiría que actualmente Oriol Junqueras tuviera 1.400 millones de euros más para los presupuestos. Pero, después, ha añadido que "no me entusiasma" y que "cuando podamos la cambiaremos". 

El pago de la deuda

Si bien las diferencias, al menos de discurso, han sido notables, ambos candidatos han coincidido en señalar que habrá que renegociar la deuda pública. Ahora bien, para el convergente claro está que "se tendrá que hacer frente". Con todo, el de la calle Còrsega ha querido enfatizar que "las teorías políticas que defiende Domènech han sido contrastadas a lo largo de la historia reciente y son formulas políticas sociales y económicas que no generan riqueza ni puestos de trabajo y generan contextos de miseria".

La sanción de 2.000 millones de euros de la Comisión Europea para incumplir el objetivo de déficit, que se ha aplazado, según el común para "beneficiar a un determinado gobierno", en referencia al PP, es "muy grave". Con todo, ha dicho que hace falta, pues, una renegociación "evidente" de los planes porque "no se cumplen nunca".