Los organizadores del Gran Recapte buscan a 6.500 voluntarios más para conseguir que la octava edición de este acontecimiento solidario supere los objetivos.

Esta edición del Gran Recapte se celebrará el 25 y 26 de noviembre y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha pedido este jueves a la sociedad catalana que colabore: "Tenemos una cita con la solidaridad y el voluntariado".

En la rueda de prensa de presentación, Puigdemont ha explicado que todavía faltan 6.500 voluntarios para llegar a los 27.000 necesarios, y ha recordado que Catalunya siempre ha respondido cuando ha habido necesidad.

El presidente de la Federación Catalana del Banco de los Alimentos, Frederic Gómez, ha matizado que mientras que en el 2015 se llegaron a recoger 4.642 toneladas, este año no se han marcado un objetivo con respecto al peso porque prefieren priorizar alimentos de alto valor alimenticio, que se conserven bien y no requieran mucho gasto energético para cocinar, como aceite, leche, conservas y preparados infantiles. 

El presidente del Banco de los Alimentos de Barcelona, Eduard Arruga, ha alabado la confluencia "publicoprivada-social-ciutadana". La organización recibe el apoyo de la Generalitat, las diputaciones, los consejos comarcales y los ayuntamientos, pero también de las empresas –fabricantes, distribuidores, logística y comunicación–.

Más de 700 entidades benéficas hacen la distribución de los recursos a través de sus voluntarios, por lo cual ha puesto en valor al cuarto actor que participa, la ciudadanía, ya que estiman que colaboran dando comida 600.000 familias en cada edición, además de los voluntarios, que ha recordado que se pueden inscribir en la web granrecapte.com y que los niños pueden acompañar a sus padres.

Solidaridad interclasista

El número de superficies comerciales y de puntos de recogida ha ido aumentando cada año, así como el de alimentos, hasta llegar a los 2.500 puntos actuales –en supermercados y mercados– y los 4,6 millones de kilos recaudados en el 2015. Gómez ha destacado, sin embargo, que esta cantidad se queda corta ante las 235.000 personas que necesitan comer en Catalunya.

"Aunque existe la sensación de que la crisis está pasando", y al menos no crece el número de personas vulnerables, las consecuencias siguen manifestándose y hay un colectivo importante que todavía necesita colaboración ciudadana.

Ante esta realidad, el presidente ha sentenciado: "No podemos aceptar en nuestra sociedad emergencias alimenticias, emergencias habitacionales y emergencias energéticas, porque tenemos recursos" y tienen que poder distribuirse mejor y erradicar la pobreza, ha defendido.

"Los que hemos sido voluntarios en alguno de los puntos de recogida, sabemos perfectamente que la solidaridad es interclasista, y que la solidaridad no se mide por la cantidad que cada uno puede aportar, sino en el gesto y el valor que hay detrás", ha reflexionado Puigdemont.

Un presidente voluntario

Gómez ha explicado que Puigdemont colaboró muchos años como voluntario en Girona y, antes de ser alcalde de la localidad, montó una recogida de alimentos en un local de la Rambla del municipio, "que parecía una sucursal" del Banco de los Alimentos, mientras que otro año facilitó saleros para venderlos y recaudar dinero para la causa.

"Catalunya ha sido la vanguardia en la creación del Banco de los Alimentos", que se inició en Barcelona en 1987, se extendió en el territorio catalán, primero en Barcelona, hasta llegar en los más de 50 bancos en toda España, y ha añadido que Catalunya ha estado al frente en la organización del Gran Recapte, una recogida masiva que se hace también en Portugal, Francia, Italia y Polonia.